Superproducción + caídas de precios = deflación (el peor escenario que cabía imaginar)

La crisis económica está provocando una caída de los precios a escala mundial. A pesar de que la histeria colectiva ha vaciado algunos supermercados, elevando los precios, la perspectiva es la contraria, deflación, es decir, superproducción y caída de los precios.

La caída del precio del petróleo y de las materias primas es premonitoria. La cotización del petróleo ha caído en el último mes un 52 por ciento, el platino un 39 por ciento, la plata un 34 por ciento, el algodón un 21 por ciento, el azúcar un 20 por ciento, el cobre un 16 por ciento…

Tras décadas acostumbrados a presiones inflacionistas, resulta chocante comprobar que la parálisis económica va a provocar uno de los pocos episodios mundiales de deflación que se recuerdan. De hecho, la última vez que los precios cayeron en todo el mundo de forma generalizada fue durante la Gran Depresión que se produjo en 1929.

Desde entonces, varios países han sufrido episodios de deflación, como la que experimentaron las principales economías asiáticas a finales del siglo pasado o la que sufrieron Irlanda y Japón durante la pasada crisis económica, en la que los principales países desarrollados consiguieron evitar mayoritariamente el desplome de la inflación.

El capitalismo no podrá evitar la deflación este mismo año. El índice de precios de consumo caerá por debajo de su nivel de hace un año, lo que supondrá el primer periodo de deflación en décadas.

Los precios están cayendo de forma generalizada, tanto por países como por categorías de gasto, con depreciaciones tanto en combustibles como en reservas hoteleras y comida para llevar.

Si continúa esta tendencia, será cada vez más difícil que los países más endeudados, como Italia, Japón o España, puedan pagar sus cuantiosas deudas, por lo que tendrán que venir los rescates o el abandono de la Unión Europea.

Además, la deflación puede provocar reducciones de salarios, la paralización de la inversión empresarial y una caída del consumo, que a su vez podrían resultar en la quiebra o cierre de miles de empresas y el consiguiente repunte del paro.

Las principales economías mundiales ya entraron en la crisis con su inflación por los suelos. En China los precios cayeron un 0,4 por ciento en febrero, en Reino Unido llevan 2 meses consecutivos a la baja y en España el IPC se ha reducido 3 décimas en marzo respecto al mes anterior.

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