Suecia ha destruido 8,5 millones de dosis de vacunas, lo que representa casi el 20 por cien de las que compró el gobierno, según informa Radio Suecia.
Richard Bergström, antiguo coordinador nacional de vacunas del país escandinavo, declaró que el valor total del desperdicio asciende a 1.500 millones de coronas suecas (143 millones de dólares).
La razón principal de que se desecharan dosis de vacunas era que un gran número de personas no han tomado sus dosis de refuerzo como estaba previsto. “La mayor parte son dosis que la gente ha decidido no tomar, es decir, la tercera, cuarta o quinta dosis (de refuerzo). Ya se han comprado y ahora hay que destruirlas”, explicó.
Hasta el jueves, el 88,2 por cien de las personas mayores de 18 años había recibido al menos una dosis, mientras que el 86,4 por cien había recibido dos o más dosis, según las estadísticas de la Agencia Sueca de Salud Pública.
En España el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas han destruido más de seis millones de dosis porque habían caducado. A ellas hay que sumar 256.230 de Pfizer que, a fecha de 15 de diciembre, se encontraban pendientes de destrucción tras caducar en noviembre.
Otro países en lugar de destruirlas, las enviaron a terceros países. En muchos casos se trataba de dosis caducadas o de la marca AstraZeneca, que dejaron de administrarse en Europa rápidamente.
En diciembre de 2021 Nigeria tuvo que destruir un millón de dosis de AstraZeneca que llegaron caducadas. Llegaron procedentes de “donantes internacionales” cuando ya estaban a punto de caducar.
Otro países africanos Malawi, Sudán del Sur, Liberia, Comores y la República Democrática del Congo también destruyeron gran cantidad de dosis caducadas.