Sudáfrica, Rusia y China tienen previsto realizar maniobras navales conjuntas en febrero frente a las costas del sur de África. Se trata del segundo ejercicio trilateral, tras el entrenamiento conjunto de las armadas china, rusa y sudafricana en 2019 en aguas del Cabo de Buena Esperanza. Estos ejercicios navales se conocen como Ex Mosi.
Las maniobras navales trilaterales se realizarán del 17 al 24 de febrero frente a las costas de la provincia sudafricana de KwaZulu-Natal, en el océano Índico. Incluirán ejercicios de búsqueda y salvamento, buques en peligro, oficiales de guardia, artillería, protección de fuerzas y defensa antiaérea. En las maniobras participarán buques del Ejército Popular de Liberación chino, dos buques de la Armada rusa y un buque de guerra de la Armada sudafricana.
El anuncio se produce después de que China y Rusia concluyeran, del 21 al 27 de diciembre, unas maniobras navales bilaterales en el Mar de China Oriental que tenían como objetivo mostrar las capacidades conjuntas de los dos aliados para contrarrestar las amenazas marítimas y, al mismo tiempo, defender la paz y la estabilidad regionales.
Anteriormente, China, Rusia y Sudáfrica realizaron maniobras navales trilaterales en 2019. El ejercicio Mosi de 2019 fue el primer ejercicio naval trilateral entre los tres países en aguas de África.
En los ejercicios participaron la fragata china Tipo 054 Weifang, el crucero de misiles ruso Almirante Ustinov acompañado por el petrolero Vyazma y el remolcador SB-406, así como la fragata sudafricana SMS Amatola y el SAS Protea y su buque auxiliar.
El ejercicio naval previsto para febrero de 2023 podría ser un intento de China y Rusia de presentarse como alternativas a los acuerdos de seguridad encabezados por las potencias occidentales.
China y Rusia, junto con Brasil, India y Sudáfrica, son miembros del llamado grupo BRICS, una coalición heterogénea unida por el objetivo de erosionar la hegemonía occidental defendiendo la soberanía política de los diversos Estados del mundo.
Aunque los países BRICS no son una coalición antioccidental, ni proponen un orden mundial alternativo, el énfasis del bloque en mantener la soberanía de los Estados diverge de la política de bloques de las potencias occidentales.
Xi Jinping se refirió a Occidente en la XIV Cumbre de los BRICS, celebrada en junio del año pasado, al afirmar que “algunos países tratan de ampliar las alianzas militares para garantizar una seguridad absoluta, crear enfrentamientos en bloque obligando a otros países a tomar partido y reclamar la supremacía a expensas de los derechos e intereses de otros países. Si permitimos que continúen estas peligrosas tendencias, el mundo sufrirá más turbulencias e inseguridad”.
El compromiso de China y Rusia con Sudáfrica también puede estar motivado por el valor estratégico del país africano. Los puertos de Sudáfrica y sus recursos pueden permitir a los BRICS competir mejor en las cumbres del G7 y servir de ruta marítima alternativa dada la vulnerabilidad del Canal de Suez ante la inestabilidad política en Oriente Medio.
Para Sudáfrica, su pertenencia a los BRICS es un medio de posicionarse como cabecera regional de África, y con sus compromisos con China y Rusia, incluidas las próximas maniobras navales, será un intento de legitimar esa posición.
Sin embargo, las próximas maniobras navales trilaterales no deben interpretarse como un desplazamiento de Sudáfrica desde la OTAN y Occidente hacia China y Rusia. El equipamiento y las tácticas militares de Sudáfrica siguen dependiendo en gran medida de la OTAN.
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