Sin pruebas de la participación del personal de la UNRWA en los ataques del 7 de octubre

Israel quiere acabar con la UNRWA y para lograrlo inventó un bulo como tantos otros con los que intenta distraer la atención sobre los crímenes que está cometiendo en Gaza.

El bulo era que miembros del personal de la UNRWA habían participado en la incursión del 7 de octubre, que fue el pretexto ideal para que las potencias occidentales suspendieran la financiación del organismo internacional y pusieran en riesgo su funcionamiento.

Sin embargo, el gobierno de Tel Aviv no ha proporcionado ninguna prueba que respalde sus acusaciones, concluye un informe dirigido por Catherine Colonna, la antigua ministra francesa de Asuntos Exteriores.

La revisión, realizada con la ayuda de tres institutos de investigación nórdicos, destaca la falta de fundamento para acusaciones más amplias hechas por Israel en marzo, acusando a los empleados de la UNRWA de estar afiliados a Hamas o a la Yihad Islámica.

En enero, tras las acusaciones de Israel, los principales donantes recortaron la financiación a la UNRWA, que es la principal fuente de ayuda humanitaria no sólo en Gaza, sino también para los refugiados palestinos en todo Oriente Medio.

La decisión la tomaron a pesar de la crítica situación de los 2,3 millones de habitantes de Gaza, la mayoría de los cuales han sido desplazados por la guerra que libra Israel desde el 7 de octubre y luchan por acceder a agua, alimentos, refugio o atención médica.

El informe afirma que la UNRWA siempre ha proporcionado las listas de su personal a Israel para su revisión y que «el gobierno israelí no ha informado a la UNRWA de ninguna preocupación con respecto al personal de la UNRWA basado en estas listas desde 2011».

Tres organizaciones nórdicas de investigación enviaron una evaluación más detallada a la ONU: el Instituto Raoul Wallenberg de Derechos Humanos y Derecho Humanitario sueco, el CHR noruego y el Instituto Danés de Derechos Humanos.

“Hasta la fecha, las autoridades israelíes no han aportado ninguna prueba y no han respondido a las cartas enviadas por la UNRWA en marzo, y nuevamente en abril, solicitando los nombres y pruebas que permitirían a la UNRWA abrir una investigación”, dice el informe.

La UNRWA es esencial para proporcionar ayuda y servicios humanitarios esenciales a los palestinos. “A falta de una solución política entre Israel y los palestinos, la UNRWA sigue desempeñando un papel central en la prestación de asistencia humanitaria vital y servicios sociales esenciales, particularmente en las áreas de salud y educación, a los refugiados palestinos en Gaza, Jordania, el Líbano, Siria y Cisjordania”, destaca el informe.

“Por tanto, la UNRWA es irremplazable y esencial para el desarrollo humano y económico de los palestinos. Además, muchos ven a la UNRWA como un salvavidas humanitario”.

El informe Colonna propone varias mejoras a las garantías de neutralidad del personal de la UNRWA, que asciende a más de 32.000 personas, entre ellas el desarrollo del servicio de control interno, el aumento del número de formaciones presenciales y el refuerzo de apoyo de los países donantes. El informe reconoce, sin embargo, que las medidas actuales de la UNRWA son más estrictas que las de muchas organizaciones similares.

“La UNRWA ha implementado un número significativo de mecanismos y procedimientos para garantizar el respeto de los principios humanitarios, con énfasis en el principio de neutralidad, y que tiene un enfoque más desarrollado hacia la neutralidad que otras entidades similares de la ONU o de ONG”, añade el informe.

Israel acusa a menudo a las escuelas de la UNRWA en toda la región de utilizar libros de texto de la Autoridad Palestina con contenido supuestamente antisemita. Sin embargo, el informe técnico de las instituciones nórdicas encontró poca evidencia que respalde estas afirmaciones.

“Tres evaluaciones internacionales de libros de texto de la Autoridad Palestina realizadas en los últimos años ofrecen una visión matizada”, dice el informe. “Dos de ellos identificaron la presencia de prejuicios y contenido antagónico, pero no proporcionaron pruebas de contenido antisemita. La tercera evaluación, realizada por el Instituto Georg Eckert (con sede en Alemania), estudió ciento cincuenta y seis libros de texto escolares de la Autoridad Palestina e identificó dos que, según decía, contenían motivos antisemitas. Sin embargo, señaló que uno de estos manuales ya fue retirado y el otro fue modificado.

La Oficina de Servicios de Supervisión Interna de la ONU continúa su investigación sobre el ataque del 7 de octubre.

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