Si los yihadistas asesinan al hijo del imán, nuestros pequeños esquemas se resienten

Las sociedades capitalistas presididas por un aborregamiento generalizado, incluido el de sus más selectos clubs intelectualoides, cierran los ojos ante la realidad porque prefieren disfrutar de sus sueños más plácidos, de los que sólo saltan sobresaltados cuando los medios les inquietan con noticias estremecedoras que ocurren ahí al lado, como un atentado yihadista de una de esas “células durmientes”. Lo que les inquieta es pensar que podrían haber sido alguno de ellos, que le puede tocar a cualquiera…

Ese tipo de resortes subconscientes los manejan muy bien los intoxicadores, que ocultan todo lo demás. Por ejemplo, que todos los días hay noticias -que ellos no publican- sobre atroces atentados yihadistas en masa precisamente en cualquier país de mayoría islámica.

De esa manera los borregos tienen una concepción inversa de los fenómenos terroristas, que es la que ellos transmiten masivamente.

Otra noticia que no van a publicar jamás ocurrió la semana pasada en Camerún: Boko Haram asesinó al hijo del imán de la aldea de Woubifké. Utilizaron un cuchillo porque las balas no le alcanzaron.

Ese tipo de noticias son típicas de China, donde los yihadistas asesinan a los imanes en Xinjiang, pero  los intoxicadores se callan porque lo que tienen que transmitir es que el gobierno de Pekín reprime a “los musulmanes” o bien a “los uigures” (que para ellos viene a ser igual) encerrándolos masivamente en campos de concentración.

No es un fenómeno casual; en África ocurre lo mismo, aunque Ustedes sólo se enteran de este tipo de noticias cuando la
víctima es una monja o un misionero cristiano. Pero si es el hijo de un
imán…

Según la prensa local, los terroristas entraron en la aldea alrededor de las 2 de la madrugada y asediaron la parcela del hijo del imán, luego la peinaron con un peine de dientes finos y le pidieron al jefe de la familia, llamado Mahmat Sho Sho, que saliera a reunirse con ellos en el patio.

Mahmat se negó y entonces rompieron la puerta del dormitorio, lo sacaron a la fuerza y lo arrastraron al patio, donde abrieron fuego contra él pero no lograron herirle, así es que lo mataron a cuchilladas.

Hasta ahora Woubifké era una de las pocas localidades que no había padecido ataques de Boko Haram, por lo que los vecinos pasan las noches en sus casas, no como en otros lugares donde la población huye al anochecer por precaución.

No obstante, en Woubifké también hay un comité de vigilancia porque en Camerún y otros países asediados por Boko Haram la población de ha organizado y armado para hacer lo que no hacen los ejércitos: defenderse. Los vecinos fabrican sus propias armas. La imagen que acompaña a esta entrada está tomada en Yola, Nigeria, el 6 de diciembre de 2014 y muestra a la milicia local en una camioneta preparada para hacer su ronda de vigilancia.

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