Stoltenberg se larga de la OTAN y la cadena canadiense CBC publica un artículo en el que pronostica que la próxima secretaria general será una mujer: la viceprimer ministra de Canadá, Chrystia Freeland.
La elección está dentro del clima de guerra total contra Rusia. Freeland está cortada con el patrón de su amiga Victoria Nuland. El peso pesado del actual gobierno canadiense dirigido nominalmente por el becario Justin Trudeau es una nazi canadiense de origen ucraniano a la que ya hemos presentado.
La OTAN siempre está al último grito y parece que los vientos soplan para que una mujer se convierta en la próxima secretaria general. Según un artículo de Politico publicado el año pasado, Bruselas también considera la candidatura de tres ex presidentas de otros tantos Estados de la OTAN, a saber, Kolinda Grabar-Kitarovic de Croacia, Dalia Grybauskaitė de Lituania y Kersti Kaljulaid de Estonia.
Freeland empequeñece a Margaret Thatcher. Desempeñó un papel importante durante la pandemia, cuando los camioneros se lanzaron a la carretera contra los pasaportes de vacunas. Un cartel decía “Trudeau Assassin”, pero la doble S era la abreviatura de Schutzstaffel, la tropa de asesinos del partido nazi.
Incluso a Elon Musk se le fue la olla. En un tuit se refirió a Trudeau como un Hitler moderno.
La nazi canadiense cuenta con el apoyo del aparato de seguridad nacional de Estados Unidos y con Nuland, que dirige los pasos de Ucrania desde 2014, formaría un binomio muy compenetrado.
Sólo falta pensar en Ursula Van der Leyen al frente de la Comisión Europea. Sería la fusión de los becarios más rusófobos y belicistas que se pueden encontrar en el panorama internacional.
¿No hablan los oportunistas del auge de la extrema derecha? Pues ahí lo tienen: Freeland, Nuland… Jano está de regreso.
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