Rusia tiene razón

La guerra de Ucrania no comenzó la semana pasada y la historia tampoco. Cualquiera se puede remontar en el tiempo hasta donde sea preciso para comprender que desde hace un siglo las relaciones internacionales están marcadas por los imperialistas con un único objetivo: acabar con la URSS y luego con Rusia.

También puede echar un vistazo a lo que ocurrió con Yugoslavia en los años noventa para comprobar que los imperialistas, capitaneados por Estados Unidos y su brazo armado, la OTAN, quieren destruir la configuración misma de los Estados de Europa central y oriental, para crear otros en su lugar, al estilo de Kosovo, plenamente sometidos a sus dictados.

En tiempos de Clinton, la secretaria de Estado, Madelaine Allbright, dijo que Rusia era un país demasiando grande para que se lo quedaran los rusos. Resumía así los planes imperialistas hacia Rusia: crear otro reino de taifas, estados minifundistas empobrecidos, mafiosos y fácilmente manejables. Como Ucrania, sin ir más lejos, que ha sido certeramente calificado como una “colonia” del siglo XXI.

Rusia tiene razón, lucha por su superviviencia y ejerce su derecho a la legítima defensa frente a Estados Unidos y la OTAN. El artículo 51 de la Carta de la ONU reconoce ese derecho a todos los países, porque en el mundo real nadie pone la otra mejilla. “Si vis pacem, para bellum” (No hay mejor defensa que el ataque), reza un principio básico de la guerra, que va acompañado de otro, no menos bueno: “Quien da primero, da dos veces”.

A los imperialistas nunca les ha bastado la liquidación de la URSS, que siempre consideraron como un primer paso. La Guerra Fría no fue sólo una pugna ideológica, sino política y militar. No acabó en 1991. Tampoco acabó con el desmantelamiento del Pacto de Varsovia, ni con la creación de una red de estados clientelares que antes pertenecieron a la URSS, ni con la instalación en ellos de bases militares preparadas para destruir a Rusia.

No es ninguna casualidad que cuando la OTAN emprendió la guerra contra Yugoslavia, al frente estuviera un criminal de guerra, como Javier Solana, dirigente y antiguo ministro del PSOE, y que ahora al frente de las relaciones internacionales de la Unión Europea esté Josep Borrell, con el mismo historial que el el anterior.

Desde hace un siglo, en las guerras que el imperialismo ha desatado en Europa, la socialdemocracia siempre ha jugado el mismo papel, y a su sombra se mueven una retahíla de oportunistas de todos los colores, unidos por su fidelidad a las agresiones y las guerras.

Para justificar su complicidad con el imperialismo, los oportunistas crean cortinas de humo con las víctimas que van a llevar al cadalso: Slobodan Milosevic, Muamar El-Gadafi, Saddam Hussein, Bashar Al-Assad, Vladimir Putin… Con ellos agotan el repertorio de descalificaciones, que son siempre las mismas. La gama de jefes de Estado a eliminar va desde sicópatas hasta dictadores. Las víctimas forman un prototipo de mandatarios que no existe entre sus verdugos.

Pero la Guerra de los Balcanes no tuvo nada que ver con Milosevic, con que si era un burgués o un revolucionario, un demócrata o un autócrata. La de Libia no tuvo nada que ver con Gadafi, con que si había sido elegido en las urnas o no, con que si respetaba los derechos humanos o no. Lo mismo cabe decir de los demás. ¿Aún no se han enterado? Los imperialistas no atacan a ciertos países para mejorar la calidad de sus dirigentes políticos.

Otra cortina de humo: la de los falsos pacifistas y los equidistantes, que ponen a ambos bandos en la misma balanza, mezclan a los agresores con los agredidos para sembrar la confusión. Todos son malvados. Todos son igualmente malvados. Ninguno se guía por buenas intenciones, ni deseos piadosos.

Es un craso error. Cuando un país, como Rusia, está siendo agredido desde hace tres décadas en muy diversos escenarios y por fuerzas hegemónicas, a los gobiernos sólo les cabe exigir que hagan frente a esos ataques y los revolucionarios de verdad deberían ponerse al frente de esa batalla.

En una guerra no hay neutrales. Quien se mantiene al margen está con el más fuerte, con el agresor y con el imperialista. El orden internacional creado en 1945 por la Carta de la ONU se estableció para acabar con el fascismo y con los Estados fascistas como Ucrania, para impedir que se convirtieran en plataformas de guerra contra sus vecinos. Rusia no ha desatado una guerra sino que está tratando de impedirla. Lleva haciéndolo desde 1917 porque ha sido la víctima propiciatoria de toda clase de guerras, desde la guerra civil en los años veinte del siglo pasado, hasta la Segunda Guerra Mundial, que no fue otra cosa que un intento de acabar con la Unión Soviética.

En una guerra hay que tener la cara muy dura para hacer pasar a la víctima por el verdugo.

comentarios

  1. Gracias, no sé qué decirles. Gracias por estar donde hay que estar. Hay una locura generalizada en la izquierda, lo más impresionante que vi fue el MST argentino (morenista) con un cartel que decía «Slava Ukraini» con símbolos de la paz dibujados atrás. Otra vez, gracias por traer cordura.

  2. Olarieta. Hay que ser muy necio para mostrar al agresor como victima. Le he leido en sus publicaciones sobre biología y me convenció desde una lógica incontrastable. Pero frente a la guerra veo que se le nubla la vision y su impoluta y certera argumentación flaquea hasta volverle irreconocible. Rusia es la agresora. Es potencia abrumadora de 10 a 1 frente a Ukrania. Y Rusia ya no es la URSS, es un pais capitalista mas con una burguesía con amplios lazos económico-financieros con el imperialismo europeo, que expolia las republicas limítrofes que se independizaron en la eclosión soviética. Las trata como EEUU a el caribe y Latinoamérica: Como su patio trasero!!!! ah pero Russia y Putin si tienen derecho a ello. Por que? Por que es comunista? es un estado obrero? No. Porque los oportunistas siguen teniendo lazos económicos con el aparato de la vieja nomenklatura y son el brazo de la contrapropaganda al imperialismo. Si el pueblo ukraniano se lanzo con un 70% de votos hacia el pro occidental Zelensky fue por la política de expolio y los planes de ajuste de Putin y no por el accionar de la OTAN! La doble vara de los oportunista como Atilio Boron en argentina, usted, MPR21, los partidos comunistas y la internacional progresista se muestra con crudeza cuando miopean con Putin lo que recriminan de siempre a EEUU. Fuera Putin de Ukrania! Todo el apoyo para el triunfo de la resistencia de los trabajadores ukranianos y por su gobierno que barra con el gobierno de Zelensky! Por la autodeterminacion de Ucrania bajo los términos acordados con la URSS de Lenin! Fuera la OTAN de este europeo! Por la destruccion de la OTAN! No a la Federacion Rusa capitalista Imperial! Abajo Putin con su gobierno inacabable gracias a maniobras legales y fraude de re-re.re eleccion! Por el socialismo en Ukrania, Rusia y paises de la ex URSS en una federación basada en acuerdo mutuo como lo fue la URSS de Lenin y no a la fuerza como instauro luego Stalin!

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