Rusia está desarrollando técnicas para neutralizar Starlink, la red de satélites de SpaceX que se volvió crucial para la OTAN tras el inicio de la Guerra de Ucrania en 2022. Durante dos años, Starlink ha permitido a los ucranianos eludir los cortes de internet y al mando militar coordinar las operaciones.
Pero desde mayo del año pasado, la OTAN ha observado fallos y fugas repetidos que han afectado a las comunicaciones militares. Rusia estaría probando herramientas de interferencia cada vez más sofisticadas. Lo que está en juego va más allá de un choque militar terrestre; el espacio es ahora una parte del campo de batalla.
En octubre de 1922, al comienzo de la Guerra de Ucrania, el ejército ruso lanzó al espacio el primero de los satélites de la red Kalinka (14F145), que apunta específicamente a las terminales militares Starshield, un sistema de comunicaciones seguras por satélite, desarrollado por SpaceX en colaboración con el gobierno de Estados Unidos, específicamente diseñado para aplicaciones militares y gubernamentales secretas.
Kalinka es una constelación que actualmente se compone de tres satélites diseñados para la guerra electrónica y las operaciones de interferencia en el espacio. Su propósito principal es neutralizar satélites enemigos y sistemas de comunicación, actuando como un componente clave en la estrategia de defensa y contraespionaje de Rusia.
La red Kalinka es capaz de detectar y neutralizar las comunicaciones de los drones en tiempo real.
Además, en 2020 Rusia comenzó los lanzamientos de la constelación Tobol (14F137), que actualmente se compone de cuatro satélites, diseñados para proteger satélites rusos, aunque también se puede utilizar para interrumpir las comunicaciones de Starlink.
Los satélites rusos Tobol son una pieza clave en la infraestructura espacial militar rusa, mejorando la precisión de misiles y comunicaciones en un escenario de guerra. Están diseñados para operar en entornos hostiles con posibles interferencias o ataques antisatélite.
El ejército ruso está utilizando al menos tres estaciones Tobol en el este de Ucrania, que causan interferencias capaces de bloquear internet o de difundir imágenes de la guerra. Suiza, Países Bajos, Francia y otros países europeos han sufrido interrupciones de la señal GPS atribuidas a estaciones ubicadas en Moscú y Kaliningrado.
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