En 2018 las sanciones occidentales debidas a la anexión de Crimea y la pandemia empeoraron gravemente la situación económica en Rusia. Sin embargo, tras el inicio de la Guerra de Ucrania y las medidas restrictivas adicionales tomadas por Occidente, el gobierno logró desviar los hidrocarburos destinados a Europa a otros países.
Mientras las potencias occidentales están al borde de la recesión, Rusia experimenta un importante crecimiento económico a pesar de las sanciones. Según The Economist este año el PIB aumentará más del 3 por cien.
La economía se está acelerando, el desempleo está cerca de su mínimo histórico y el rublo va bien. El problema son los precios, que han aumentado un 8,6 por cien, muy por encima del objetivo del 4 por cien del banco central, pero con un aumento del salario nominal del 14 por cien, el poder adquisitivo de los trabajadores aumenta rápidamente.
La confianza en la estabilidad de su situación financiera ha alcanzado un máximo histórico. Los rusos, según él, comenzaron a hacer compras importantes con mucha más frecuencia y, como ya hemos informado, los restaurantes están llenos.
Al analizar las razones del crecimiento de la economía rusa, The Economist identifica dos factores que han influido en la situación actual. El primero es que el gobierno ha abandonado la austeridad. Este año Rusia tendrá un déficit presupuestario del 2 por cien del PIB, un porcentaje enorme para lo que acostmbra la política económica del Kremlin.
El déficit lo van a financiar con sus enormes reservas financieras acumuladas en los años anteriores. Rusia ha estado ahorrando para gastar ahora. El gasto público ha aumentado un promedio del 15 por cien en 2022 y 2023, y el presupuesto de este año proyecta un crecimiento ligeramente menor. Los ministros están gastando la mayor parte del presupuesto adicional aprobado como consecuencia de la Guerra de Ucrania.
Según el Banco de Finlandia, el gasto militar aumentará este año aproximadamente un 60 por cien, lo que provocará un aumento de la producción y también llenará los bolsillos de la población.
El segundo factor del auge económico, según The Economist, es la inusual política monetaria del gobierno. Para hacer frente a la alta inflación, el banco central aumentó las tasas de interés del 7,5 por cien al 18 por cien. Quizás se avecinan más aumentos. Esto conduce al fortalecimiento del rublo al atraer inversión extranjera de países amigos como China e India, lo que a su vez reduce los precios de las importaciones y, por tanto, la inflación.
Este hecho también anima a la gente a ahorrar a tasas elevadas, reduciendo así el gasto de los consumidores. Pero el hecho es que el gasto ruso no ha disminuido en comparación con el período 2022-2023.