Ayer los rumanos acudieron a las urnas para la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que enfrentó a un candidato proeuropeo, Nicusor Dan, con otro enfrentado a Bruselas y etiquetado como perteneciente a eso que llaman “extrema derecha”: George Simion.
Las anteriores votaciones acabaron en un pucherazo para evitar que ganara la “extrema derecha”. Las elecciones se anularon por presiones de Bruselas, luego impidieron que el candidato de la “extrema derecha” se presentara de nuevo y lo tuvieron que hacer con otro distinto.
El pretexto es que la “extrema derecha” hizo lo mismo que los demás candidatos, o sea publicidad, con la diferencia que hizo demasiada publicidad en las redes sociales, como TikTok. También dijeron que la publicidad era engañosa, lo cual es típico en todas las elecciones, donde nadie hace lo que dice.
Esta vez ha sido distinto, según ha contado el fundador de Telegram, Pavel Durov, quien denunció que un gobierno occidental, al que no nombró explícitamente pero sugirió que era Francia, le había pedido que censurara en su red social las cuentas abiertas por la “extrema derecha” para hacer publicidad.
“Un gobierno de Europa Occidental […] contactó con Telegram para solicitarnos que silenciáramos las voces conservadoras en Rumanía antes de las elecciones presidenciales de ayer”, dijo Durov. “Me negué categóricamente”, escribió. “Telegram no ha restringido la libertad de los usuarios rumanos ni bloqueado sus canales políticos”, añadió.
“No podemos defender la democracia pisoteándola. No se puede combatir la interferencia electoral interfiriendo en las elecciones”. La libertad de expresión y unas elecciones justas son derechos fundamentales “y el pueblo rumano merece ambos”, continuó.
Aunque nació en Rusia, Durov tiene nacionalidad francesa y fue detenido por la policía francesa en una operación vergonzosa para presionarle. Durov siempre se ha posicionado como un defensor de la libertad de expresión en internet.
Su insinuación contra Francia ha obligado a reaccionar al Ministerio de Asuntos Exteriores, que ha intentado darle la vuelta a la tortilla, como acostumbra. Las acusaciones contra el gobierno francés no son más que “un intento de desviar la atención de las amenazas reales de injerencia que pesan sobre Rumanía”.
A una insinuación le sigue otra: quien ha intentado manipular las elecciones en Rumanía no es Francia sino Rusia.
Descubre más desde mpr21
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.