El número de muertes en julio fue en Portugal un 30 por cien superior a la media registrada entre los años 2016 y 2019, según las cifras del portal de Vigilancia de la Mortalidad de la Dirección General de Salud portuguesa.
En junio la tasa de sobremortalidad de Portugal ya era la más alta de Europa, con un 23,9 por cien más de muertes que la media del mismo mes en el periodo 2016-2019. La media de la Unión Europea es del 6,2 por cien.
Ya en 2020 se batió el récord europeo, según la web InfoClique, con 10.000 muertes más que en 2019.
El norte, la región de Lisboa y el valle del Tajo son los más afectados por la mortalidad global (y también por la pandemia).
Según fuentes oficiales, la tendencia al aumento de la mortalidad en el país se debe en gran medida al envejecimiento de la población. Dicen que el coronavirus es responsable del 47 por cien del aumento más reciente de muertes. Sin embargo, Portugal también tiene el récord de vacunaciones que, en teoría, deberían haber frenado la mortalidad. Pero está ocurriendo todo lo contrario.
Más del 86 por cien de la población (8.900.000 personas) ha recibido al menos dos dosis de la vacuna. Las cifras de efectos secundarios graves o mortales empiezan a aparecer discretamente, sobre todo en lo que se refiere a enfermedades coronarias inexplicables en jóvenes, cuya buena salud se controlaba regularmente en el marco de las numerosas actividades deportivas. El notable aumento de los accidentes cerebrovasculares es también muy preocupante entre las personas de 40 años.
El debate no ha hecho más que empezar en Portugal, pero el boca a boca de médicos y farmacéuticos, especialmente en lo que se refiere a los tratamientos denegados, empieza a tener su influencia.