Se trata de la segunda vez que se publica en España la obra. La primera fue en 1976 y corrió a cargo del Instituto de Estudios Asturianos (actual Ridea), aunque suprimiendo el citado poema, lo que el académico Xosé Lluis García Arias, en el “entamu” de esta nueva versión, tacha de “grave censura”. El poema “Sol en los pomares” vio la luz por primera vez en México en 1948.
La de “El Romance de los cuatro morangos”, también titulado “El solar de Don Pelayo”, no es la única diferencia que la Academia destaca entre esta nueva edición y la del 1976 del IDEA. La que acaba de salir a la luz incluye igualmente todas las ilustraciones en color que Germán Horacio, hijo del escritor Pachín de Melás, realizó para cada uno de los poemas que componen esta colección. Se conserva también el prólogo a la primera edidión de José Vasconcelos y la justificación de propio autor.
Poemas sobre la nostalgia y el recuerdo de su tierra, la infancia, el paisaje o de carácter costumbrista se entremezclan en este documento con otros de carácter más crítico o reivindicativo, tales como el mencionado “El Romance de los cuatro morangos” o “Elamu”. Al respecto Arias, y también el historiador Rafael Rodríguez Valdés, en un artículo publicado sobre el autor gijonés en el número 91 de la revista Lletres Asturianes, destacan la militancia izquierdista de Conde, miembro de izquierda republicana, y responsable de Comercio en el Consejo de Asturias y León en el año 1937, en plena Guerra Civil. Posteriormente se vio obligado a exiliarse en Francia y después en México, donde falleció en 1982.
Sobre esta obra cuenta Valdés en su artículo que el autor presumía de haber recibido la felicitación de la poeta chilena, premio nobel de literatura, Gabriela Mistral, en una carta personal dirigida al propio Conde. En los versos de Conde están los ecos del romance de Federico García Lorca contra la Guardia Civil:
Tricornios de los ceviles,
negros tricornios, más negros
que la cara de los moros
que vinieron de tan lexos
a manchanos esti suelu
qu’en xamás pisaron ‘perros’
Matías Conde nació en Gijón en 1896, fue profesor de la Escuela de Estudios Mercantiles de su ciudad natal, además de trabajar en la banca. Militante de Izquierda Republicana, el partido de Manuel Azaña, ejerció como secretario de la Consejería de Comercio del Gobierno de Asturias y León. Tras la caída del frente norte republicano, con la toma de Gijón por las Brigadas Navarras en octubre de 1937, marchó al exilo. Primero se refugió en Francia y más tarde en México.
Los versos de “Sol en los pomares”, volumen que incorpora el explícito subtítulo “Poemas de Asturias”, están regidos por ese sentimiento de nostalgia que los asturianos llaman “señaldá”. Así lo subraya García Arias en su introducción, donde analiza también algunas de las peculiares características del asturiano que escribe Matías Conde. “Es la expresión de una cultura que lucha por su desaparición”, dijo Begoña Díaz González en el artículo “La literatura asturiana de posguerra (1934-1974)”, un trabajo incluido en la “Historia de la literatura asturiana” que coordinó Miguel Ramos Corrada.
Esperemos que el Ministerio del Interior no encarcele a los académicos de la llingua asturiana por enaltecimiento del terrorismo y haya que esperar otros 70 años para ver el poema en las librerías.
Non pases pena. Non los encarcelaran