Las relaciones entre Pakistán e Irán han dado un giro significativo, con China de por medio. También en Asia Central aparece una nueva era en las relaciones diplomáticas y de defensa.
El jefe del ejército pakistaní, el general Asim Munir, se embarcó en una visita oficial a Irán, marcando un momento decisivo para los dos países vecinos. La visita tiene un peso inmenso, dadas las relaciones históricamente tensas entre Islamabad y Teherán, particularmente por sus lazos con Kabul y el tema apremiante de Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP) expandiendo su influencia en la región volátil y turbulenta desde Baluchistán hasta el frontera iraní.
Este intercambio de alto perfil entre Pakistán e Irán se produce semanas después de que alcanzaran un acuerdo trilateral de seguridad con China. La reunión celebrada en Teherán involucró a figuras clave, incluido el presidente iraní Ebrahim Raisi, el jefe del ejército iraní, general de división Mohammad Bagheri, el ministro de Asuntos Exteriores Hossein Amir Abdollahian y el comandante del cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), general Hossein Salami.
Fue la primera interacción de alto nivel entre Irán y Pakistán después de años de relaciones diplomáticas inestables, en parte debido a la postura antiiraní de Estados Unidos y en parte debido a la inquebrantable hostilidad de Arabia saudí hacia Teherán: Riad ejerce una importante influencia política, financiera y religiosa sobre Pakistán.
La visita indica un deseo de cerrar la brecha y fortalecer los lazos, especialmente por el rumor de que el exjefe del ejército pakistaní, el general Qamar Javed Bajwa, firmó un acuerdo de defensa durante una visita anterior a Teherán en 2019.
Durante la última reunión, el presidente Raisi aludió sutilmente a los desafíos que plantean los “enemigos” que pretenden desestabilizar la región. Hizo hincapié en la necesidad de transformar la frontera entre Pakistán e Irán en una zona económica segura, promoviendo el comercio de la energía y los mercados. También se mencionó la finalización del llamado “Oleoducto de la Paz”. Mientras Irán está listo con su parte de la infraestructura, existe la expectativa de que Pakistán cumpla con la suya y ponga las ruedas en marcha para un corredor energético transformador.
El dirigente del IRGC, el general Salami, reforzó la opinión de Raisi de que las potencias internacionales han creado fisuras entre los países musulmanas de la región: “El IRGC está listo para trabajar en cooperación con el ejército pakistaní para cambiar las condiciones de seguridad en la frontera entre los dos países y convertirlos en fronteras económicas”.
Talibanes pakistaníes y baluchis
No se ha confirmado si las dos partes han deliberado sobre organizaciones armadas con sede en Afganistán, incluido el TTP, también conocido como los talibanes pakistaníes.
El cambio del panorama político en la región ha ampliado en gran medida el alcance y la importancia del TTP y sus amenazas asociadas. Ahora, la colaboración entre los separatistas baluchis y los militantes del TTP plantea un riesgo potencial de seguridad no solo para Islamabad sino también para Teherán.
La visita del jefe del ejército pakistaní se alinea con la expresión de desacuerdo de Teherán sobre los planes para transferir combatientes experimentados del TTP desde la frontera entre Pakistán y Afganistán a las provincias del norte de Afganistán. Irán ha expresado su preocupación a los dirigentes talibanes, con quienes también enfrenta desafíos relacionados con los refugiados y los problemas del agua.
Desde 2015-16 se estableció un vínculo definitivo entre los independentistas baluchis y el Tehrik-i-Taliban Pakistan (TTP), y con el tiempo esa relación se ha intensificado gradualmente. La participación del TTP con el Ejército de Liberación de Baluchistán (BLA) se hizo evidente cuando comenzaron a entrenar a los miembros del BLA en maniobras de convoyes, estrategias de emboscada y ataques de piquetes.
El TTP también brinda conocimiento y capacitación en la fabricación y uso de dispositivos explosivos improvisados, ya que han colaborado activamente con los terroristas suicidas del Grupo Majeed y se han convertido en una amenaza potencial para la seguridad de Islamabad y Teherán.
La situación se complicó cuando los talibanes afganos se negaron a firmar el Acuerdo de Doha y persistieron en otorgar refugio a las organizaciones armadas que operan en su territorio.
Para engañar a sus vecinos, el TTP, en cooperación con los talibanes afganos, asumió una identidad ficticia conocida como Tehrik-e-Jihad-e-Pakistan (TJP). Esta táctica de engaño se emplea para ocultar sus operaciones a Afganistán y aparentar que el TJP, y no el TTP, es responsable de las actividades militares desde el vecino Afganistán.
Allanando el camino para la colaboración
Dos avances estratégicos en el panorama geopolítico allanaron el camino para una colaboración estratégica entre Irán y Pakistán y eliminaron los principales obstáculos para la reanudación de relaciones cercanas y amistosas entre ambos vecinos.
Uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta Pakistán en sus relaciones con Irán tiene que ver con la influencia de Estados Unidos. Washington siempre se ha opuesto a cualquier colaboración entre Irán y Pakistán y ha trabajado activamente para socavar los esfuerzos conjuntos entre los dos países.
Sin embargo, tras el inicio de la Guerra de Ucrania, Estados Unidos cambió su perspectiva. Reconociendo el riesgo inminente de una gran crisis energética, respondió restableciendo las relaciones diplomáticas con países que antes había evitado.
Otro desafío que enfrentó Islamabad en sus relaciones con Teherán fue la rivalidad política entre Arabia Saudita e Irán. Involucrarse en cualquier negocio en el que participe Irán tenía el potencial de interrumpir las relaciones amistosas de Pakistán con Riad.
A pesar de la posición abiertamente neutral de Pakistán en la actual rivalidad entre las dos potencias de Asia occidental, es evidente que Islamabad se ha alineado indirectamente con Riad, como lo demuestra el entrenamiento, apoyo y colaboración con las fuerzas armadas saudíes. Por lo tanto, la afiliación de Pakistán con Arabia saudí ha limitado su capacidad para entablar negociaciones sustantivas con Irán.
La presión sobre Pakistán se alivió tras el histórico acuerdo de paz negociado por China entre Arabia saudí e Irán el 10 de marzo de este año.
Señales positivas en el frente diplomático
A principios de este año, varios acontecimientos allanaron el camino para una interacción más estrecha entre Irán y Pakistán, preparando el escenario para la posterior visita del general Munir a Teherán.
En enero tuvo lugar una conversación telefónica entre los dirigentes militares de los dos países, durante la cual acordaron fortalecer su cooperación militar, en particular en lo que respecta a su frontera común, que se extiende a lo largo de casi mil kilómetros.
El general Bagheri, Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, destacó la importancia de aumentar la colaboración en materia de seguridad y defensa entre las dos repúblicas islámicas. El objetivo de esa colaboración es mejorar la seguridad, contrarrestar a las organizaciones terroristas, impulsar los esfuerzos económicos en la frontera y cultivar un sentido de amistad y camaradería.
En diciembre del año pasado, el embajador de Irán en Islamabad, Syed Muhammad Ali Husseini, se reunió con el jefe del ejército pakistaní en el cuartel general de Rawalpindi. El coronel Mustafa Ghanbarpour, agregado militar iraní en Pakistán, también estuvo presente en la reunión.
Durante la reunión el nuevo jefe del ejército de Pakistán expresó su oposición a las sanciones internacionales y al mismo tiempo expresó su apoyo al programa nuclear de Irán.
Munir destacó el inmenso potencial de desarrollo de la relación bilateral, especialmente en el ámbito económico, y subrayó la necesidad de capitalizar esas oportunidades.
A medida que la relación entre los dos países mejoró en mayo, el presidente iraní Raisi y el primer ministro pakistaní Shehbaz Sharif abrieron el primer mercado fronterizo en la remota aldea de Pashin en la provincia suroeste de Baluchistán, en Pakistán. Es el primero de seis mercados que se construirán a lo largo de la frontera entre Pakistán e Irán en virtud de un acuerdo de 2012.
En junio el contraalmirante Shahram Irani, jefe de la armada de Irán, propuso la creación de una alianza naval en el Océano Índico compuesta por Bahrein, Arabia saudí, Emiratos Árabes Unidos, India y Pakistán. El principal objetivo de esa alianza marítima es preservar la seguridad marítima mundial.
La propuesta puede convertirse en una importante iniciativa de seguridad regional, y se espera que el gobierno de Pekín desempeñe un papel importante. Muchos observadores ven a países como China, Pakistán, Irán, Arabia saudí y Rusia como aliados naturales, debido a sus intereses superpuestos en un mundo cada vez más multipolar.
Esfuerzos trilaterales contra las organizaciones armadas
El viaje del general Asim Munir a Teherán ha añadido más tensión a las relaciones entre Kabul e Islamabad, en particular por la cuestión de los militantes del TTP que encuentran refugio en Afganistán.
Los dirigentes militares y civiles pakistaníes han dejado claro que esperan acciones de Kabul contra los militantes del TTP que operan desde suelo afgano. En respuesta, Pakistán amenazó con tomar medidas unilaterales para destruir los escondites de los militantes en Afganistán si fuera necesario. Kabul, por otro lado, señaló que el Acuerdo de Doha se firmó con Estados Unidos, no con Pakistán, lo que indica un creciente intercambio verbal entre ambos vecinos.
El nivel de cooperación regional entre Pakistán, Irán y China ha aumentado. Como ilustra su reciente conferencia en Pekín, ambos países esperan que China tome la iniciativa para abordar una variedad de problemas regionales apremiantes.
La disputa por el agua de Helmand entre los talibanes e Irán y la crisis del TTP entre Pakistán y Afganistán son dos ejemplos que deben abordarse a través de ese foro. La guerra verbal entre los diplomáticos pakistaníes y afganos es solo un escaparate, ya que los miembros del TTP ya se han mudado a la región de Hazara, que limita con Uzbekistán, Tayikistán y Kazajstán. Sin embargo, Irán tiene reservas sobre este movimiento.
Pakistán e Irán han colaborado para abordar el problema crítico de la lucha armada en la región fronteriza de Baluchistán. Un comandante del Frente de Liberación de Baluchistán (BLF) fue supuestamente eliminado en Irán después del primer diálogo trilateral entre Pakistán, China e Irán para acabar con la lucha armada.
Si es cierto, se puede indicar que quienes pongan en peligro el pacto de seguridad entre China, Pakistán e Irán pronto se enfrentarán a graves repercusiones. El escenario se volverá aún más serio con la reciente inclusión de Irán como miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghai, junto con los miembros existentes China y Pakistán. Es probable que este desarrollo fortalezca los lazos defensivos entre el trío, lo que conducirá a más esfuerzos conjuntos para fortalecer su seguridad colectiva.
F.M. Shakil https://new.thecradle.co/articles/from-rivals-to-partners-pakistan-and-irans-diplomatic-turnaround