Olimpiadas, deporte y ‘política’ de la más baja estofa

No hay nada más sospechoso que cuando alguien te dice que no debes mezclar el deporte con “la política”. Lo que quiere decir es que “la política” es como los gases “nobles” de la Tabla de Mendeleiev: no se pueden mezclar con nada. Son autosuficientes.

Además, “la política”, la de verdad, es como dios: no hay más que una única “política” (lo demás es terrorismo) y si nos referimos a “la política” del imperialismo, a la hegemónica, hay que concluir que, en efecto, no hay que mezclarla con el deporte: todo es “política”, sobre todo los Juegos Olímpicos, el Comité Olímpico Internacional (COI) y su brazo armado: la Agencia Mundial antidopaje (AMA).

Así se ha vuelto a demostrar con ese tipo de noticias que no aparecen por ningún lado: el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) acaba de desautorizar a ambos, el COI y su brazo armado AMA, anulando todas y cada una de las decisiones adoptadas contra los deportistas rusos por dopaje.

42 deportistas rusos recurrieron al TAS contra las descalificaciones emitidas por el COI en base al informe McLaren. El TAS se refiere a 39 de ellos, rehabilitando a 28 por completo y revocando el acuerdo sobre otros 11, condenados de por vida, cuya sanción queda sustituida por la de no poder participar en los próximos Juegos Olímpicos.

Lo más significativo es que en todos los casos -absolutamente todos- el TAS no ha encontrado motivos suficientes para las sanciones emitidas, por lo que la pregunta es obvia: ¿en qué han podido fundamentarlas?

Ítem plus: dado que las acusaciones no se han probado, los deportistas deberían participar en la competición, pero como eso no es posible, el COI sigue el dictado que le ordenan e inventa que los deportistas no tienen un “derecho” de participación, sino un “privilegio” que les concede el COI. En palabras mucho menos elegantes: en los Juegos Olímpicos participa a quien el COI le sale de los cojones.

A los de la AMA les ocurre lo mismo: en lugar de asumir responsabilidades por haber metido la pata, critican la decisión y destapa bastante claramente la naturaleza política de la decisión: la prohibición no iba dirigida contra ningún atleta sino contra Rusia, que es tanto como sostener que quienes se dopaban no eran unos u otros atletas rusos sino Rusia como país, es decir, todos los atletas rusos se dopan porque son rusos.

El AMA ha pillado tal rebote que amenaza claramente con llevar el litigio al Tribunal Federal suizo en apelación.

Pero la primera consecuencia ya está ahí: Rusia ha recuperado la primera posición en el medallero de Sochi al sumar a 9 deportistas más que fueron descalificados injustamente.

Más datos: recientemente Putin lamentó ante sus atletas en un discurso no haber actuado con suficiente contundencia frente a los manejos de las mafias deportivas internacionales. En el futuro deberá tomarse las asuntos deportivos como lo que son: manejos “políticos”. Posiblemente tenga que empezar a pensar en fundar unos juegos olímpicos paralelos, lo mismo que va a crear un internet paralelo.

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