La tasa de suicidios ha aumentado en un 22 por ciento como consecuencia del confinamiento y la ola de histerismo desatada en Tailandia, según datos oficiales publicados por el diario Khaosod.
En el país asiático la única pandemia es el suicidio. En Tailandia se han atribuido 58 muertes al coronavirus, pero ha habido 2.551 suicidios en los primeros seis meses de este año: 40 veces más.
Para el director del Departamento de Salud Mental, órgano encargado de reunir datos sobre el número de suicidios, el fenómeno se explica por las dificultades económicas y otros problemas relacionados con la ola de histeria.
Según Kiatiphum Wongrajit, jefe del departamento, “la última vez que se observó un aumento de este tipo en Tailandia fue durante la crisis económica de 1997. En los tres años siguientes a la crisis, hubo un aumento del 20 al 30 por ciento en el número de suicidios”.
El confinamiento ha arruinado sectores clave de la economía tailandesa, especialmente el turismo y las exportaciones. Millones de empleos están amenazados.
La prensa tailandesa se hace eco de los suicidios relacionados con las deudas y el cierre de empresas. Por ejemplo, una mujer de 33 años se suicidó en Bangkok en julio después de ser despedida de su trabajo. Una razón similar se dio en el caso de un hombre de 54 años que se suicidó en agosto en Kalasin. Lo mismo ocurrió con la muerte de un empleado de seguridad, ya que sus familiares dijeron que se había arruinado como resultado del confinamiento.
Los más pobres han sido -obviamente- los más afectados por la pandemia. Durante el confinamiento la supervivencia de muchos de ellos ha pasado a depender de las ayudas públicas.