Durante la pandemia los medios de comunicación han sustituido a Corea del norte por Suecia porque siempre necesitan un espantapájaros que les sirva de contrapunto. En una película hacen falta buenos, pero también malos. Los primeros no parecerían tan buenos sin los segundos.
Intoxicadores como ElDiario.es han dirigido su artillería contra los fracasos, reales o imaginarios, del gobierno y de los responsables de la política sanitaria sueca, encabezados por el malvado Anders Tegnell.
Pero ahora llegan las vacunas y el asunto cambia de tono. Suecia ya se parece más a los otros países civilizados, como España, por ejemplo. El gobierno recomienda a la población que se vacune y Tegnell secunda el llamamiento.
No obstante, a pesar de los buenos consejos del gobierno, la población desconfía y son menos de la mitad los que se quieren vacunar, según una reciente encuesta del Instituto Novus.
Aunque la Inquisición diga otra cosa, los suecos tienen buenos motivos para rechazar la vacuna contra el coronavirus: por consejo de su gobierno y de Tegnell, en particular, una parte de la población que se vacunó contra la gripe H1N1 en 2009 padeció importantes efectos adversos, como la narcolepsia.
Once años después la prensa sueca no lo puede ocultar y le han puesto el altavoz a algunos de los afectados, como Meissa Chebbi. “Nunca lo volveré a hacer de nuevo, a menos que sea absolutamente necesario tomarla, es una amenaza para la vida”, dice. “Esperaré cinco años, hasta que sepamos los riesgos”, añade.
En 2009 Suecia pidió a la población que se vacunara contra la pandemia de gripe con la vacuna Pandemrix producida por la multinacional británica GlaxoSmithKline. Más del 60 por ciento, casi seis millones de personas, respondieron positivamente al llamamiento, un récord mundial en un país donde ninguna vacuna es obligatoria.
Pero cientos de personas, en su mayoría niños y adolescentes, desarrollaron narcolepsia como efecto secundario. La causa: un coadyuvante cuyo papel era multiplicar el efecto inmunológico. “Destruyó mi vida”, explica Meissa, que tenía 11 años entonces. “Me quedo dormido todo el tiempo, en todas las situaciones y en momentos inapropiados: en la mesa, en las entrevistas de trabajo, en los discursos, seminarios y en la universidad. Me dormí en el trabajo, en los autobuses, en todas partes”.
Casi 440 de las 702 víctimas tuvieron que ser indemnizadas por el Fondo de Seguro Farmacéutico, que pagó un total de 100 millones de coronas. Al año siguiente dicha vacuna se dejó de administrar.
El 18 de febrero de 2011 tanto la Agencia Española de Medicamentos como la Europea dijeron que no había una relación causal entre la vacunación con Pandemrix y la narcolepsia (1). Pero los españoles no debían estar muy convencidos de ello porque retiraron el comunicado de internet. Ya sólo queda la referencia europea.
Con el comunicado de la OMS ocurrió lo mismo: tras publicar una primera versión, desaparecida, lo sustituyeron por otro (2) que se cuelga de un alambre y es bastante demostrativo de la verdadera naturaleza de este lamentable organismo internacional.
Lo que no se puede olvidar del Caso Pandemrix es que la olvidada pandemia de gripe de 2009 fue un gran pelotazo farmacéutico. Como dijo la revista British Medical Journal, fue una “catástrofe evitable” (3).
Tampoco se debería olvidar que la multinacional GlaxoSmithKline ocultó información sobre su vacuna, pero ese tipo de prácticas mafiosas no deberían sorprender a nadie. “¿Por qué nadie avisó a las víctimas de la vacuna?”, pregunta la revista British Medical Journal. Esa es la cuestión: ocultaron información a las víctimas, pero las burocracias sanitarias de cada país estaban al tanto de los efectos adversos de la vacuna, es decir, que los gobiernos son cómplices del pelotazo y la salud de las personas les importa un bledo.
(1) https://www.aemps.gob.es/informa/notasinformativas/medicamentosusohumano-3/seguridad-1/2011/ni-muh_05-2011/
http://www.aemps.es/actividad/alertas/usoHumano/seguridad/2011/03-2011_NI_MUH.htm
http://www.ema.europa.eu/ema/index.jsp?curl=pages/news_and_events/news/2011/02/news_detail_001211.jsp
(2) https://www.who.int/vaccine_safety/committee/topics/influenza/pandemic/h1n1_safety_assessing/narcolepsy_february2011/en/
https://www.who.int/vaccine_safety/committee/topics/influenza/pandemic/h1n1_safety_assessing/narcolepsy_statement/en/
(3) https://www.bmj.com/content/362/bmj.k3948