Los países de los Balcanes blindan sus fronteras para impedir las avalanchas de emigrantes

Desde el inicio de la crisis migratoria en los Balcanes en 2014, las rutas tomadas por los emigrantes que quieren viajar a Europa occidental han cambiado, dependiendo de los esfuerzos realizados por los países de tránsito para sellar sus fronteras.

El cierre en otoño de 2015 de las fronteras húngaro-serbias y luego húngaro-croatas por parte del gobierno húngaro de Viktor Orban llevó a los inmigrantes a dirigirse por Croacia y Eslovenia hacia Austria y Alemania.

Aunque duró poco tiempo, esta nueva ruta migratoria vio transitar a una cantidad considerable de personas: unas 600.000 personas en 4 meses.

La ruta dejó de funcionar en el invierno de 2016 cuando el gobierno austriaco dio un giro de 180 grados en su política migratoria. Los datos proporcionados por el Ministerio del Interior de Croacia dejaron de suministrarse el 26 de enero de 2016.

Desde entonces, la ruta migratoria de los Balcanes occidentales ha dejado de ser la principal vía hacia Europa, e Italia ha recuperado esa posición. Sin embargo, la ruta de migración de los Balcanes no ha dejado de existir por completo.

Entre 50.000 y 80.000 migrantes seguían en los países de tránsito, en particular en Serbia. Además, siguen llegando emigrantes, aunque no tantos como antes.

Serbia y Turquía son los países de entrada, cuyo acceso, en particular por vía aérea, es menos restrictivo que el de los países de la Unión Europea para los nacionales de terceros países.

Los emigrantes tratan de eludir la barrera húngara a través de Rumanía o Croacia y, en particular, de la frontera entre Croacia y Serbia.

Hasta ahora los controles fronterizos húngaro-rumanos y serbo-croatas han impedido a la mayoría de los migrantes continuar su viaje hacia Alemania. Por ello, ahora están probando suerte a través de Bosnia-Herzegovina.

La frontera entre Croacia y Bosnia está poco vigilada. Por los caminos se pueden ver cada vez más emigrantes, sobre todo en la región croata de Karlovac, no muy lejos de Eslovenia, donde la población denuncia la ocupación ilegal de viviendas.

Por el momento sólo se ven pequeños grupos emigrantes conectados al GPS a través de sus móviles, pero en los próximos meses Bosnia se puede convertir en una región de tránsito para decenas de miles de emigrantes, sobre todo teniendo en cuenta que las puertas de entrada a la ruta de los Balcanes (especialmente en Grecia) siguen siendo muy porosas.

Hace poco la policía croata disparó contra una furgoneta que cruzó la frontera procedente de Bosnia con inmigrantes a bordo. Montenegro planea reforzar su frontera con Albania para impedir el paso de inmigrantes.

Austria realizará maniobras a gran escala para cerrar la frontera con Eslovenia en Spielfeld, Estiria. Las maniobras movilizarán a unos 1.000 policías y soldados, incluida la recién formada unidad de guardia de fronteras “Puma”. Simulará el asalto a los puestos fronterizos por parte de inmigrantes, como ocurrió en 2015 en Röszke, en la frontera entre Hungría y Serbia.

El nuevo gobierno nazi austriaco ha aprobado una ley contra el islam, ha cerrado siete mezquitas, ha disuelto una asociación religiosa y ha expulsado a unos 60 imanes.

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