En Bruselas crece el resentimiento, aunque las lamentaciones sólo se oyen en los pasillos, cuando no hay micrófonos enfrente. Washington se está llevando la mejor parte de la guerra y Europa paga la factura, decía Político el 24 de noviembre (*). La Unión Europea compra gas estadounidense a un precio cuatro veces superior al que solía comprar a Rusia y tiene los arsenales de armas vacíos, lo que le obliga a comprar armas estadounidenses a un coste extremadamente elevado.
Los altos cargos de la Unión Europea acusan a Estados Unidos de enriquecerse con la guerra. Además, Biden va a conceder subvenciones masivas a las empresas que operen en su suelo. Europa teme que cientos de empresas abandonen el Viejo Continente para instalarse en la otra orilla del Atlántico.
Rusia ha acertado. A finales de octubre Lavrov reveló claramente la estrategia estadounidense: desindustrializar Europa e inundarla de armas estadounidenses. “Cada vez más economistas, no sólo en Rusia sino también en Occidente, han llegado a la conclusión de que Estados Unidos está intentando agotar y desindustrializar la economía europea”, afirmó.
“Los alemanes están deslocalizando gran parte de sus cadenas de producción a Estados Unidos, con todas las consecuencias que ello implica para Europa. A Washington le interesa debilitar militarmente a Europa, obligarla a permanecer en estado de alerta, inundar Ucrania de armas y llenar los arsenales militares europeos con armamento estadounidense”, añadió Lavrov.
Para el diplomático ruso, los europeos son los grandes perdedores de la guerra. “Los europeos sufren mucho más que Estados Unidos las sanciones económicas”.
Al principio Kiev sólo recibió sistemas antitanque y artillería, pero ahora ha conseguido tanques y reclama aviones e incluso submarinos. Europa es incapaz de satisfacer la demanda de armas, mientras Estados Unidos monopoliza el mercado. Cuanto más material de guerra europeo se recicle en Ucrania, más beneficios para la industria militar estadounidense.
No es nada personal, sólo negocios. No hay ninguna solidaridad europea con Ucrania. La ayuda no es desinteresada. Algunos de los países donantes exigen compensaciones a la Unión Europea para comprar nuevas armas, que sólo Estados Unidos puede suministrar.
Polonia exige que la Unión Europea compense el coste de los tanques entregados a Ucrania, según declaró esta semana el Primer Ministro polaco, Mateusz Morawiecki. Varsovia ya ha entregado cerca de 250 tanques T-72 a las fuerzas ucranianas y también tiene la intención de enviar tanques alemanes Leopard 2 de sus reservas. “Sí, pediremos una compensación, por supuesto. Será otra prueba de la buena fe de la Unión Europea”, declaró Morawiecki.
Estonia también pretende que le reembolsen su ayuda militar a Ucrania. Según Katri Raudsepp, representante del Centro Público de Inversiones en Defensa del Ministerio de Defensa, por el momento Bruselas ha aprobado una compensación para Tallin de 156 millones de euros, que se ingresarán en el presupuesto estonio para reforzar el potencial de defensa del país de aquí a 2027. Sin embargo, los estonios esperan recibir un total de 400 millones de euros.
Desde noviembre los arsenales de los países pequeños de Europa han agotado sus existencias de armas y municiones y 20 de los 30 miembros de la OTAN los tienen significativamente mermados.
Eslovaquia fue uno de los primeros en exigir la devolución del dinero gastado en la entrega a Ucrania de sistemas antiaéreos soviéticos S-300 por valor de 130 millones de dólares. La semana pasada, la portavoz del Ministerio de Defensa eslovaco, Martina Koval Kakascikova, declaró que su país estaba dispuesto a suministrar a Kiev tanques T-72 siempre que recibiera a cambio un moderno blindaje occidental. Y el jefe de Defensa, Jaroslav Nad, habló de planes para enviar cazas soviéticos MiG-29 a Ucrania.
El apetito de Kiev no para de crecer. Tras obtener tanques soviéticos y lanzacohetes múltiples estadounidenses Himars, Ucrania quiere tanques modernos para lanzar la ofensiva que la OTAN le exige. El grupo de contacto de la OTAN debatió la semana pasada el aumento de la ayuda militar a Ucrania en la base aérea de Ramstein. Sus participantes no llegaron a un acuerdo sobre la entrega de tanques. Pero esta semana Scholz y Biden anunciaron su decisión de entregar los modelos más modernos, el Leopard 2A6 y el M1 Abrams.
El mismo día Zelensky anunció su reunión con el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg. “Tenemos que desbloquear las entregas de misiles de largo alcance a Ucrania, es importante que ampliemos nuestra cooperación en artillería, tenemos que conseguir que se entreguen aviones a Ucrania. Esto es un sueño. Y ese es el objetivo”, afirmó Zelensky.
Por su parte, el viceministro ucraniano de Asuntos Exteriores, Andrij Melnyk, declaró en una entrevista a NTV que, tras suministrar al ejército ucraniano tanques Leopard 2, Alemania también debería entregar a Kiev cazas Panavia Tornado o Eurofighter Typhoon, buques de guerra y submarinos. “Necesitamos barcos para proteger el litoral, tenemos una costa muy larga. También necesitaremos submarinos para prevenir el peligro de un nuevo ataque desde el Mar Negro”, afirmó Melnyk.
En realidad, el ejército ucraniano nunca podría operar todo ese material de guerra. Es una manera de exigir que los equipos militares lleguen acompañados de los especialistas de la OTAN capaces de manejarlos en un campo de batalla.
A finales del año pasado la embajadora de Estados Unidos ante la OTAN, Julianne Smith, declaró que los miembros de la alianza están escasos de armas y municiones debido a la gran cantidad de ayuda militar entregada a Ucrania. Según ella, la industria militar occidental busca actualmente reactivar e implementar la producción de armas.
Uno de los objetivos de Washington es destruir la industria militar de la Unión Europea y hacer que sus países miembros dependan de los suministros de armas estadounidenses. Es posible que Washington conceda a los europeos un descuento en la compra de material militar, incluidos los Abrams. Lo hará para que Europa tenga más tiempo para comprar esos tanques que para reiniciar la producción de Leopard. El dinero obtenido por los estadounidenses será suficiente para desarrollar un tanque de nueva generación y comenzar su producción.
Estados Unidos también podrá desplegar otros equipos en Europa, que se enviarán a Kiev. Scholz ha declarado que Alemania no suministrará aviones de guerra a Ucrania. Pero lo mismo decía de los tanques. Los aviones de guerra seguirán la misma rutina: los europeos entregarán sus aviones para recibir a cambio cazas F-35, una chatarra de fabricación estadounidense.
Hace años algunos dirigentes europeos hablaron de crear un ejército europeo. Ahora Estados Unidos se está asegurando de que si finalmente se forma algo parecido, nunca dispondrá de armamento propio, sino exclusivamente estadounidense. El ejército europeo seguirá siendo dependiente de Estados Unidos.
(*) https://www.politico.eu/article/vladimir-putin-war-europe-ukraine-gas-inflation-reduction-act-ira-joe-biden-rift-west-eu-accuses-us-of-profiting-from-war/