Los estragos de la propiedad capitalista sobre el suelo: el incendio de los Ángeles

Desde el 7 de enero una serie de incendios han afectado a Los Ángeles y otras zonas del sur de California. El número de muertos es de unos 30, hay más de 12.300 viviendas destruidas y 16.000 hectáreas quemadas.

Varios factores se combinaron para provocar este desastre: el viento, la sequía, las deficiencias en el manejo de los incendios y una creciente concentración de la población en zonas de riesgo.

La mayoría de los estadounidenses construyen las casas de madera. Los edificios construidos con materiales sólidos no se habrían quemado tan gravemente, limitando así la propagación del incendio.

Otro de los factores que impulsan los incendios forestales de Los Ángeles son los vientos secos y violentos, llamados de Santa Ana. El aire frío se acumula en los estados vecinos de Nevada y Utah y, a medida que las masas de aire se desplazan hacia el oeste y bajan por las montañas de California, se calientan y se secan. Es un fenómeno meteorológico recurrente. Los vientos primero crean condiciones favorables para los incendios forestales, luego los avivan secando la vegetación. Durante los incendios de este mes, los vientos alcanzaron velocidades superiores a 160 kilómetros por hora en las zonas incendiadas.

California tiene un clima mediterráneo en casi todo su territorio, que está cubierto de enormes bosques altamente inflamables. La cordillera costera alrededor de Los Ángeles y San Diego está cubierta de matorral (chaparral, garriga), una vegetación muy fina que se seca muy rápidamente, liberando aceites esenciales, un ecosistema que promueve una combustión rápida.

El clima de California está en gran medida influenciado por las variaciones en las temperaturas superficiales del Océano Pacífico ecuatorial. Esta relación con la oscilación de El Niño está bien documentada desde 1986 (1). El fenómeno de El Niño de 2015-2016 provocó una sucesión de años cálidos y secos en California.

En la región los veranos son largos y muy secos, pero los inviernos suelen ser muy húmedos, lo que permite el crecimiento de los matorrales. Es lo que ocurrió después de los inviernos muy lluviosos de los años anteriores, que favorecieron el crecimiento de la vegetación. Esos inviernos lluviosos fueron seguidos por una grave sequía que ha durado desde julio del año pasado hasta enero de este año.

Este tipo de sequía que se extiende hasta principios de la estación húmeda no es algo sin precedentes. También se observó en 1990, 1991, 2000 y más recientemente en 2020. La humedad permitió el desarrollo de la vegetación. Posteriormente se secó por la falta de lluvias y las sucesivas olas de calor. Estas condiciones climáticas favorecen la formación del combustible necesario para los incendios.

Uno de los problemas reportados por los bomberos que luchan contra las llamas es el sistema de suministro de agua. Durante las pocas horas que se necesitan para combatir los incendios, no hay suficiente agua en el sur de California.

El viento y la mala visibilidad impiden el uso de medios aéreos para combatir los incendios. Por ello, los bomberos se ven obligados a utilizar únicamente el sistema de hidrantes urbanos para controlar la propagación de las llamas. Sin embargo, “combatir incendios con varios hidrantes extrayendo agua del acueducto durante varias horas no es sostenible” (2).

Los hidrantes secos han provocado una ola de críticas en las redes sociales. Los tanques de agua de Los Ángeles están diseñados para combatir incendios ubicados en zonas urbanas, no en espacios abiertos.

El incendio siempre fue el mejor amigo del bosque

Si bien en Europa los incendios están en constante disminución, como muestran claramente las estadísticas del EFFIS (Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales), la situación en California es diferente.

La relación de California con el fuego es muy antigua. Los grandes incendios forestales han sido parte integral del ecosistema del estado durante milenios. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, la frecuencia de grandes incendios forestales en California se ha mantenido relativamente constante durante el último siglo, y la propiedad capitalista del suelo, la especulación inmobiliaria y el urbanismo incontrolado desempeñan un papel mucho más importante que las temperaturas, como reconocía hace 30 años un informe de los bomberos de California (3).

El servicio de bomberos de Calfornia estima que dos millones de hogares, el 14,5 por ciento de todos los de California, viven en áreas propensas a incendios forestales debido al aumento de la miseria de los trabajadores, que no pueden pagarse una vivienda dentro de las ciudades.

Los trabajadores se establecen en las afueras, en el borde de bosques y en zonas con vegetación inflamable. Mucho antes de los incendios que se iniciaron a principios de este mes en Los Ángeles, Thomas Curt, director de investigación del Instituto Nacional de Investigación en Ciencia y Tecnología para el Medio Ambiente y la Agricultura (Irstea), ya advirtió que en las colinas de Los Ángeles se estaban construyendo miles de casas que eran potencialmente peligrosas (4).

Un incendio, como el de Los Ángeles, lo mismo que las inundaciones de Valencia, recuerdan la naturaleza clasista de unos Estados que sólo gastan el dinero en el ejército y la policía, olvidándose del sufrimiento de las personas que pierden sus casas y sus medios de vida.

Lo mismo que España, Estados Unidos también destina mucho dinero a prevenir la guerra y nada a prevenir incendios, y es algo que hay que entender muy bien: una cosa es prevenir un incendio y otra apagarlo una vez que se ha iniciado.

Hace unos años Stephen Pyn, un bombero convertido en historiador y profesor de la Universidad de Arizona, publicó un artículo de título provocador: el incendio habia pasado de ser el mejor amigo del bosque, a destruirlo (5).

Es algo que ya hemos explicado en otras entradas: es necesario restablecer el ciclo natural del fuego, inspirado en el que practicaban los amerindios. Según Pyn, el vano intento de eliminar todos los incendios provoca la acumulación de combustibles y crea las condiciones para incendios más graves e incontrolables. Los incendios de intensidad relativamente baja pero frecuentes y controlados reducen la acumulación de los combustibles que alimentan los incendios y los hacen más devastadores.

Una estrategia de este tipo ya se estudió en 1910, después de un gran incendio llamado Big Blowup que quemó más de 1,2 millones de hectáreas y mató a 78 bomberos en una tarde al norte de las Montañas Rocosas. Pero el plan no tuvo continuidad por razones políticas: California es un Estado en el que predominan las tesis seudoecologistas, que han dado lugar a la aprobacion de leyes ambientales draconianas, como la prohibición de la tala.

Alexander Held, del Instituto Forestal Europeo, pide un cambio profundo en las prácticas en este ámbito: “En lugar de adaptar la gestión forestal y agrícola, nos basamos demasiado en los servicios de bomberos” (6). El ejemplo de Estados Unidos demuestra que los medios de lucha contra incendios aumentan de año en año, pero los bomberos no pueden hacer frente a un incendio desvastador por sí mismos (7).

En Sudáfrica la técnica es muy diferente a la de Estados Unidos. El programa FireWise en Sudáfrica implica la formación de voluntarios en comunidades expuestas a los incendios para mantener una interfase entre las aldeas y las tierras adyacentes.

El servicio de bomberos de California calcula que el 95 por cien de los incendios son causados ​​por seres humanos, aunque rara vez son intencionales.

Esta situación no sólo aumenta el riesgo de incendio, sino que también complica el trabajo de los bomberos, que se centran principalmente en rescatar a los vecinos y apagar el fuego. Sin embargo, en un entorno rural no se tratata de eso sino de erigir una barrera para evitar que el fuego se propague.

(1) https://journals.ametsoc.org/view/journals/mwre/114/12/1520-0493_1986_114_2352_napatp_2_0_co_2.xml
(2) https://www.latimes.com/california/story/2025-01-16/home-that-survived-palisades-fire-split-in-half-by-landslide
(3) http://frap.fire.ca.gov/publications/Fire_Management_For_California_Ecosystems.pdf
(4) https://www.francetvinfo.fr/monde/usa/presidentielle/donald-trump/pourquoi-y-a-t-il-autant-d-incendies-en-californie_2885935.html
(5) https://news.nationalgeographic.com/2015/11/151122-wildfire-forest-service-firefighting-history-pyne-climate-ngbooktalk/
(6) https://www.letemps.ch/sciences/incendies-plutot-dadapter-gestion-forets-on-se-repose-pompiers
(7) https://www.wired.com/story/we-know-exactly-how-to-stop-wildfires-with-money/

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