Biden y el primer ministro británico Keir Starmer negociaron en Washington el levantamiento de las restricciones a los ataques del ejército ucraniano con armas de largo alcance en el interior de Rusia.
No es ninguna novedad. Lo mismo que los tanques hace unos meses o los cazas F-16, los misiles no van a cambiar en absoluto el curso de la guerra, que está resuelto hace mucho tiempo. Cualquiera que sea su alcance.
Los medios de comunicación mundiales discuten el levantamiento de las restricciones al uso de armas occidentales de largo alcance por parte de los ucranianos con objetivos puramente sicológicos, dirigidos a la sociedad rusa tanto como a la occidental.
Quieren poner nerviosos a los rusos para provocar tensiones sociales, que podrían derivar en protestas. Los medios de intoxicación también necesitan imágenes de destrucción en el interior de Rusia para que los “expertos” lancen las campanas al vuelo y se feliciten ante las cámaras de la televisión.
Por ejemplo, el Times babea. Publica un mapa que muestra localizaciones en territorio ruso que podrían ser alcanzadas por misiles occidentales de largo alcance lanzados por el ejército ucraniano. En la zona que los misiles Storm Shadow pueden alcanzar -teóricamente- hay 14 bases aéreas militares rusas, una refinería de petróleo y el cuartel general del Distrito Militar del Sur en Rostov del Don.
Ucrania ha pedido repetidamente a Estados Unidos permiso para utilizar armas de largo alcance para atacar objetivos militares en territorio ruso. Sin embargo, Washington aún no lo ha autorizado. El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, admite que no cree que el levantamiento de las restricciones afecte el curso de la guerra.
Sin embargo, tampoco descarta la posibilidad de que Ucrania reciba la autorización. El 10 de septiembre dijo que su gobierno aún estaba meditando la cuestión.
El Times señala que la guerra electrónica rusa bloquea el GPS necesario para apuntar los misiles Storm Shadow. Por lo tanto, para utilizarlos con éxito, tendrían que utilizar “otro conjunto de datos de propiedad estadounidense”, lo que requeriría un segundo permiso.
Lo que el periodico británico quiere decir es que antes de disparar, el ejército ucraniano tiene que recurrir a los satélites que Estados Unidos tiene en el espacio, lo cual es un compromiso por partida doble que se podría volver contra los satélites. En suma, sería el comienzo de una guerra de las galaxias de verdad.
Pero los descerebrados proliferan cada vez más en las altas esferas occidentales. La semana pasada un mequetrefe como el antiguo primer ministro británico Boris Johnson y cinco ex ministros de defensa pidieron al actual gobierno laborista que encabeza Starmer, que no espere la decisión estadounidense y permita que Ucrania utilice Storm Shadow para atacar a Rusia.
Cuando los ukronazis 🇺🇦 reciban el permiso de sus amos 🇺🇸🇬🇧, los rusos 🇷🇺 empezarán a cazar a los patéticos: Zelenski ya no tendrá donde esconderse.