Dueño de una taberna en la Riba de Saelices (Guadalajara). La guerra cambiará a este tabernero por uno de los más experimentados guerrilleros del Alto Tajo.
Hace unos días, se publicaba Los Guerrilleros de Filomena. Hoy, se continúa con el diario y vida de uno de esos guerrilleros resistentes a cualquier tempestad: Diario de un muerto resucitado, de Lino Muela Román.
*Enlace de descarga a su diario INÉDITO, al final del artículo.
No se sabe en qué año nació ni en cuál falleció. Se sabe que visitó España después de muerto Franco, pero nunca se quedó. ¿Sus memorias? Escritas por impulso de la juventud del mayo del 68. Ahora lo entenderán.
Si buscan sobre él, sólo encontrarán las innumerables requisitorias de las autoridades franquistas, después de la Guerra, para capturarlo vivo. Ascendido a sargento en octubre de 1938 por orden de Antonio Cordón.
Lino es natural de la Riba de Saelices, sindicalista, republicano y conocedor de la realidad social de su comarca.
Su historia comienza en septiembre de 1936, momento en que las primeras tropas franquistas rodean su pueblo natal y entran en busca de los elementos subversivos del Frente Popular.
Lino huye a Madrid y se enrola en la Columna Mangada, donde les acompaña en sus combates en Peguerinos y Navalperal 1. Su hermano y cuñado se enrolaron en las Milicias Aragonesas en Campaña acuarteladas en Cifuentes y Esplegares.
Su experiencia fue creciendo a medida que fue participando en distintos puntos en la provincia de Guadalajara: toma de Abánades a finales del 36, cubriendo el sector de Sacecorbo y, finalmente, la batalla de Guadalajara; donde junto con un batallón de Carabineros entró con su sección en Brihuega.
Es, a partir de la batalla de Guadalajara, cuando Lino se alista a los grupos de guerrilleros que operan en la provincia. Casualmente, el frente se ha estabilizado alrededor de la Riba de Saelices y se mantendrá así durante casi toda la guerra.
Participará en numerosas misiones de sabotaje y hostigamiento a las fuerzas fascistas que cubren la zona de su pueblo.
Al terminar la guerra, Lino intentará escapar por Valencia en uno de los barcos que todavía quedan en el puerto levantino. No lo conseguirá. Volverá a su casa a finales de marzo del 39, donde le esperará la represión de vecinos, chivatos y Guardia Civil.
Lino se entregará en la comandancia de Guadalajara. Pero será derivado a las autoridades de su pueblo. Recibió un buen informe del alcalde de su pueblo que nada le sirvió. Fue enviado al centro de tortura que habían establecido en Cobeta (Guadalajara) dos criminales de guerra de la zona: Eugenio Peña (médico del pueblo) y Raimundo Ochaíta Bachiller (juez de paz de Sacecorbo). En sus dependencias, Lino pasará las peores torturas y crímenes que recuerde, golpeándole con una bomba de mano Laffite.
Lino será preso en Cifuentes, donde le condenarán a muerte.
«Si un día cambian las cosas, ten por seguro que te vengaremos.» Le dirá su hermana en su última visita.
Por azar del destino, logra escapar de la cárcel y vaga por los alrededores de su pueblo natal, cazando conejos con trampas y comiendo bayas durante varios meses. Se esconde de sus vecinos y de la Guardia Civil.
Durante 9 meses emprende la supervivencia comiendo bayas, raíces, conejos que entrampaba, etc. En su devenir por los montes, decide huir a la zona de Arcos de Jalón (Soria), donde una familia que le conoce le proporciona trabajo y cobijo.
Poco a poco, Lino conseguirá establecerse. Consigue huir a Francia tiempo después. Más de 20 años después, escribe este diario en junio de 1968 por lo que se puede apreciar en las fechas de los dibujos.
Sin duda, las protestas populares del mayo francés influenciaron a este viejo guerrillero para que publicase su testimonio, para que sus memorias y vivencias quedasen para la posteridad de las generaciones futuras.
Por Lino Muela Román, y sus compañeros.
Disfruten de su lectura.
Enlace de descarga: https://es.scribd.com/document/491114189/Historia-de-Un-Muerto-Resucitado-Lino-Muela-Roman
1 https://omeka.uc3m.es/s/inicio/item/45601
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