Cuatro científicos de los NIH han presentado sus solicitudes de patentes provisionales como coinventores de dicha vacuna. Las normas de los NIH permiten a los científicos de los Institutos cobrar hasta 150.000 dólares en derechos económicos cada año de las vacunas en las que han trabajado.
Es una corruptela científica aceptada y regulada por partida doble. Primero, porque vincula a una institución pública con los intereses económicos de una empresa privada. Segundo, porque los científicos que -aparentemente- trabajan para una institución pública, no son neutrales sino que, además de su sueldo, obtienen una segunda fuente de beneficio económico por su trabajo.
Dichos científicos no defienden la ciencia, ni tampoco la salud pública, sino sus propios intereses particulares.
La participación de los NIH en el negocio explica que Fauci haya puesto la vacuna de Moderna en el primer plano, permiténdole saltarse los experimentos con animales, como ya hizo con el remdesivir de Gilead.
Los científicos han criticado la decisión de Fauci de saltarse las pruebas con animales porque las vacunas anteriores contra el coronavirus han planteado muchos problemas cuando se han experimentado en animales debido a la tendencia del coronavirus a “activar el patógeno”. La muerte se produce después de que un animal vacunado se encuentra con el virus silvestre.
El interés económico también explica que el gran padrino Fauci haya subvencionado con 483 millones de dólares a Moderna a través de Barda, una institución paralela de los NIH. El dinero de Fauci convirtió al director ejecutivo de Moderna, Steve Bancel, en multimillonario.
Sin embargo, la farmacéutica nunca ha sido capaz de que le aprueben ningún producto farmacéutico. ¿Cómo se explican entonces las subvenciones millonarias que recibió de Fauci?
Los ensayos clínicos de la fase 1 de la vacuna de Moderna también resultaron catastróficos: el 20 por ciento los voluntarios que se prestaron como conejillos de Indias y que tomaron dosis altas y el 6 por ciento de los que tomaron dosis bajas, tuvieron reacciones “serias o médicamente significativas” de grado 3 después de ser vacunados.
Esos resultados habrían supuesto la eliminación de cualquier producto farmacológico. Inmediatamente después de recibir la pésima noticia, Bancel y otros cuatro cabecillas de Moderna perdieron más de 89 millones de dólares en la bolsa.
Pero Fauci es un cínico y anunció públicamente que los ensayos eran “estimulantes”. No podía hacer otra cosa para salvar la cotización de las acciones de la farmacéutica.
Era la segunda vez que un funcionario público se ponía al servicio de una empresa privada para demostrar que está más cerca de la bolsa que de la salud.
https://childrenshealthdefense.org/news/new-docs-nih-owns-half-of-moderna-vaccine/
Más información:
– Fauci cambia las pruebas de los antivirales para aprobar un fármaco contra el coronavirus de la multinacional Gilead
– Una empresa farmacéutica que aprovecha la histeria para sus propios intereses económicos
Mi comentario, imposible de publicar aquí por demasiado extenso, pueden verlo aquí: vk.com/wall472102867_4090