En Estados Unidos el año pasado sólo murieron 82 personas tras ser vacunadas. Sin embargo, en lo que va de año se han registrado 3.317 muertes a causa de las vacunas contra el coronavirus, según se desprende de la base de datos Vaers.
Esto supone un aumento de casi el 4.000 por ciento, y apenas estamos en el segundo trimestre del año.
Hasta ahora han vacunado a menos de la mitad de la población estadounidense, lo que significa que a medida que el número aumente, también lo harán las muertes. Si esta tendencia continúa, es probable que veamos entre 12.000 y 15.000 muertes posteriores a la vacunación notificadas al Vaers a finales de este año.
Hay que tener en cuenta que el Vaers sólo registra entre el 1 y el 10 por ciento de las muertes o los síntomas reales, lo que significa que, razonablemente, entre 33.000 y 330.000 estadounidenses ya han muerto después de tomar las vacunas contra el coronavirus.