La tasa mundial de fecundidad lleva cayendo 60 años

Las tasas de fecundidad se han desplomado a escala mundial en los últimos sesenta años. Mantener esas tasas bajas provocará una implosión gradual de la economía mundial a medida que la población envejece y desaparece, especialmente en los países occidentales, pero también en dos de los “hijos pródigos” expulsados de la casa del buen padre de familia: Rusia y China.

Es un fenómeno que no se ve porque hace décadas que el malthusianismo se metió en la cabeza de los “expertos” de la ONU que en sus informes han estado diciendo estupideces estos últimos 60 años. Tampoco se ve porque es un terremoto que no ocurrirá de la noche a la mañana, excepto si se imponen políticas como la de Trump en Estados Unidos. Sólo los emigrantes pueden invertir la caída demográfica de los países occidentales y preservar la fuerza de trabajo.

La tasa de fecundidad (el número promedio de hijos que una mujer tiene a lo largo de su vida) difiere de la tasa de natalidad (el número de nacimientos por cada mil habitantes durante un período determinado, aunque ambos conceptos están relacionados y a menudo se confunden. Los países con baja fecundidad generalmente tienen tasas de natalidad bajas.

A pesar del impresionante crecimiento poblacional desde que se alcanzaron los 3.000 millones en 1960, la lenta tasa de crecimiento actual es preocupante. La baja fertilidad es “el verdadero desafío económico de nuestro tiempo”, decía un reportaje del Instituto American Enterprise publicado en febrero (1). Cada año Japón pierde un millón de habitantes.

La tasa de crecimiento alcanzó su punto máximo en la década de los sesenta y ha disminuido de forma constante desde entonces, una tendencia que se espera que continúe. En 1960 una mujer daba a luz un promedio de cuatro o cinco hijos. Para 2023 esa cifra se había reducido a la mitad, a 2,2, apenas por encima del nivel de reemplazo de 2,1 hijos por mujer, el nivel necesario para mantener la población de una generación a la siguiente.

Los países con tasas de natalidad bajas o negativas se enfrentarán a una reducción de sue fuerza de trabajo y al aumento de los costos asociados al envejecimiento de la población.

Las tasas de fecundidad en el mundo

Apenas el 4 por cien de la población mundial vive actualmente en países con altas tasas de fecundidad (más de cinco hijos por mujer), y todos estos países se encuentran en África, pero incluso allí, las tasas son generalmente más bajas que en el pasado.

Casi tres cuartas partes de la población mundial vive actualmente en países donde la tasa de fecundidad se encuentra en el nivel de reemplazo o por debajo de él.

En India, actualmente el país más poblado del mundo, la fecundidad ha disminuido de forma constante durante seis décadas. En junio el Fondo de Población de la ONU informó que la tasa de fecundidad de India se situaba en 1,9 hijos por mujer, en comparación con los cinco o seis de 1960.

A pesar de la política de hijo único, en 1990 la tasa de fecundidad de China seguía siendo de 2,51. Hoy esa tasa ha descendido por debajo de un nacimiento por mujer.

En Estados Unidos, la fecundidad ha estado en continuo descenso. Cayó por debajo del nivel de reemplazo en 1972 y alcanzó 1,62 en 2023, un mínimo histórico.

Los hijos son un artículo de lujo

El mito de que los pobres tienen más hijos que los ricos es otra falsedad característica. Antes los hijos eran una fuente de ingresos para las familias trabajadores. Ahora suponen un gasto que no pueden pagar y, por ejemplo, en España las ayudas públicas a las familias numerosas se acabaron hace tiempo.

El alto costo de la vivienda y el cuidado infantil se encuentran entre los principales obstáculos para la maternidad. En Corea del Sur, que combina una economía avanzada con la tasa de fertilidad más baja del mundo, una encuesta de la ONU reveló que la pobreza es la principal razón citada para la baja tasa de natalidad (2).

En aquella encuesta, el 58 por cien citó los bajos salarios como el principal obstáculo para la paternidad, una cifra entre 12 y 19 puntos porcentuales superior a la media mundial. En un país altamente urbanizado, casi un tercio también mencionó la falta de espacio o el alto costo de la vivienda. El 28 por cien mencionó el elevado costo de los cuidados infantiles.

En Estados Unidos, una encuesta de julio de año pasado indicó que, entre los adultos sin hijos de entre 18 y 49 años, el 36 por cien no podía permitirse criar a un hijo (3). Otro estudio reveló que uno de cada cinco padres estadounidenses con hijos menores de 18 años no planea ampliar su familia debido al costo que supone. El 20 por cien de los encuestados cita el cuidado infantil como un gasto imposible de sostener (4).

(1) https://theamericanenterprise.com/americas-quadrillion-dollar-challenge-can-the-u-s-cope-with-rapid-fertility-decline/
(2) https://www.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/swp25-layout-en-v250609-web.pdf
(3) https://www.pewresearch.org/social-trends/2024/07/25/the-experiences-of-u-s-adults-who-dont-have-children/
(4) https://www.nerdwallet.com/article/finance/2024-cost-of-raising-children-report


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