La siderúrgica ArcelorMittal arroja la toalla de la transición energética

A pesar de contar con un presupuesto de 2.500 millones de euros y una cofinanciación pública de 1.300 millones, la siderúrgica ArcelorMittal arroja de la toalla. No hará la transición energíca.

El 19 de junio de 2025 el grupo ArcelorMittal confirmó el abandono de un importante programa de descarbonización en sus plantas siderúrgicas alemanas. Es un indicador del fracaso de la actual política de descarbonización industrial en Europa.

El proyecto inicial contemplaba la conversión de las plantas de Bremen y Eisenhüttenstadt. ArcelorMittal planeaba sustituir los altos hornos convencionales por unidades que combinan hornos de arco eléctrico (EAF) y plantas de reducción directa de mineral de hierro (DRI) que utilizan hidrógeno verde. Esta configuración habría permitido una reducción sustancial de las emisiones de dióxido de carbono (hasta un 90 por cien en algunos ciclos), siempre que la electricidad requerida procediera de fuentes llamadas “renovables”.

El aumento del coste de la electricidad en Alemania ha socavado el plan, que se basaba en la disponibilidad sostenida de hidrógeno llamado “verde”. Pero la producción de hidrógeno no se ha industrializado a gran escala y es cara a corto plazo.

La decisión del monopolio no se debe a un rechazo del principio de descarbonización, sino a una decisión racional ante las limitaciones sistémicas. ArcelorMittal admite que la producción de acero con bajas emisiones de CO2 no es rentable, incluso después de embolsarse importantes subvenciones públicas.

ArcelorMittal se había comprometido a reducir sus emisiones en un 35 por cien en Europa para 2030, pero el bloqueo a Rusia ha disparado los precios de la electricidad en Alemania, amenazando con una fuga de empresas hacia terceros países.

Alemania se enfrenta a un colapso industrial

En el segundo trimestre de este año, la economía alemana se contrajo un 0,3 por cien, una cifra mucho peor de lo previsto. Las empresas que cotizan en bolsa están bajo una enorme presión. Están recortando empleos a gran escala: 30.000 en un año, lo que confirma el declive industrial del país. Esto corresponde a una disminución del 0,9 por cien. Es probable que la oferta de mano de obra siga disminuyendo.

La crisis energética de Alemania ha llegado al punto de frenar la expansión de los centros de datos de inteligencia artificial por la carestía de suministro eléctrico. La escasez de la red eléctrica está provocando el estancamiento de los proyectos de construcción de nuevas bases de datos. Las enormes necesidades energéticas de la inteligencia artificial superan el desarrollo de las redes eléctricas y obstaculizan gravemente el crecimiento.


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