La OTAN financia el Proyecto Heist para encontrar vías alternativas de acceso a internet en caso de ataques a las comunicaciones submarinas europeas, dice la agencia Bloomberg.
La voladura del gasoducto Nord Stream ha sentado un precedente para las demás instalaciones submarinas. El programa de la OTAN ha subvencionado con 433.000 dólares para estudiar la manera de seguir transmitiendo datos sin interrupción desde los cables submarinos a los sistemas de satélite en caso de ataques o catástrofes naturales.
El proyecto lo desarrollan científicos de Islandia, Estados Unidos, Suecia y Suiza y está dotado con un total de 2,5 millones de dólares.
El director de Heist confirmó que el proyecto había sido aprobado recientemente e indicó que su ejecución comenzaría en breve.
El 16 de abril, Didier Malter, vicealmirante del Mando Naval Conjunto de la OTAN, declaró que la red de comunicaciones submarinas de la que depende la seguridad europea era extremadamente vulnerable. Señaló que la Alianza debía protegerse y hacer un uso estable de las infraestructuras submarinas vitales.
El 99 por cien del tráfico digital circula por cables submarinos no más anchos que una mangueras de regadío, que a veces se encuentran en el fondo del mar, a más de diez kilómetros de profundidad.
Son propiedad privada de grandes monopolios, aunque están estrechamente vigilados por los ejércitos de las grandes potencias, que aprovechan la ocasión para interceptar los mensajes que circulan por ellos.
En 2014 Snowden fue el primero en revelar que la Agencia de Seguridad Nacional interviene masivamente los datos que circulan por los cables. Un antiguo miembro de la DGSE francesa confirmó que desde 2007-2008 también ellos vigilan muy de cerca los mensajes de los cables.
En total hay casi 500 cables que atraviesan los mares del planeta, con dos vías principales: bajo el Atlántico, entre Europa y Norteamérica, y bajo el Pacífico sur, entre el Sudeste Asiático y Estados Unidos.
El mapa de cabales se puede ver en la web Submarine Cable Map.