Cuando el mércoles le preguntaron al presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador por qué nunca porta mascarilla, respondió: “Todo el mundo es libre. Cualquiera que quiera usar una mascarilla y sentirse más seguro es libre de hacerlo”.
Sólo se le ha visto en público con mascarilla cuando rindió pleitesía a Trump en Washington. Forman parte de las reverencias que los esclavos deben a sus amos. El resto del tiempo López Obrador se siente en libertad.
En los actos oficiales, todos los políticos mexicanos aparecen enmascarados en público, excepto él porque “lo más importante es garantizar la libertad”, dice el Presidente mexicano.
En julio dijo que se pondría mascarilla en público cuando en México deje de haber corrupción.
El mandatario mexicano ha confesado que no se sabe “a ciencia cierta” si las mascarillas funcionan y que él no se lo pone porque no está infectado de coronavirus.
Aplaudió al pueblo mexicano porque es «muy consciente» de la pandemia y porque la mayoría de gente lleva tapabocas en la calle «aún sin saber a ciencia cierta si ayuda o no ayuda», dijo. «Si yo algún día me pongo tapabocas sería por la gente, por respeto a la gente», puntualizó.
El Presidente de México afirma que los políticos que imponen confinamientos o toques de queda para contener la pandemia actúan como dictadores. Las medidas para combatir la pandemia que restringen la movilidad de las personas están “de moda entre las autoridades […] que quieren demostrar que son autoritarias, dictatoriales”.
“Muchos de ellos dejan que sus instintos autoritarios se muestren”, dijo, añadiendo que “lo principal es garantizar la libertad”.
El responsable científico de la pandemia en México, López-Gatell, lo mismo que otros “expertos”, cuestionó en marzo la utilidad de las mascarillas, pero posteriormente cambió de parecer y empezó a recomendar su uso.