El segundo fue la ya tradicional manifestación de los “chalecos amarillos”, que la policía trató de prohibir en París y en la que fueron detenidas 152 personas, en medio de enfrentamientos con la policía y de intentos de sabotaje del acto oficial.
El tercero fue de signo anticolonial: el homenaje a los argelinos masacrados en 1953 cuando reivindicaban la independencia. Se celebró por la tarde con una comida popular, intervenciones de historiadores, extractos de la película de Daniel Kupferstein, “Las balas del 14 de julio de 1953” (*), y terminó con un baile nocturno.
Como en otros lugares, la memoria oficial en Francia tiene poco que ver con la popular porque no se atreve a desenterrar la masacre de seis argelinos (Abdelkader Draris, Mouhoub Illoul, Larbi Daoui), Amar Tadjadit, Abdallah Bacha y Tahar Madjène) que cayeron bajo las balas de la policía cuando marchaban pacíficamente por la liberación de Messali Hadj y la independencia de Argelia.
Junto con ellos cayó el militante comunista francés Maurice Lurot porque la lucha anticolonial también es parte de la lucha de clases.
El múltiple asesinato fue borrado de la memoria, hasta que el documental Kupferstein lo rescató en 2014. A instancias de un concejal del ayuntamieto de París, un comunista de origen argelino, se colocó hace poco una placa en memoria de los 7 manifestantes asesinados en la Plaza de la Nación, donde cayeron a consecuecia de los disparos.
(*) Daniel Kupferstein: Les balles du 14 juillet 1953, http://vimeo.com/99715119
Más información:
– Cuando las calles se regaron con sangre y luego con olvido