La guerra contra Rusia provocará disturbios populares dentro de Francia

Como informamos hace unos días, durante su primera comparecencia ante la Asamblea Nacional como Jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Fabien Mandon declaró haber encomendado al ejército la tarea de estar preparados para una posible guerra contra Rusia en los próximos tres o cuatro años.

El escenario que baraja el Estado Mayor es un importante despliegue de tropas en Europa oriental y, por si eso no bastara, la Gendarmería (DGGN) podría ser movilizada para participar en la “defensa del territorio”. Así lo reiteró también el 16 de octubre su director, el general Hubert Bonneau, ante los diputados.

“Estamos enmarcando nuestras acciones dentro de un continuo de seguridad y defensa” y “tenemos un papel crucial en la preservación de los intereses fundamentales del país y la defensa operativa del territorio, junto con las fuerzas armadas”, afirmó.

Dos semanas después, durante una audiencia en el Senado, Bonneau repitó lo mismo: la Gendarmería se prepara para participar en la defensa del territorio. “Quisiera describir nuestra concepción de la Defensa Territorial, particularmente en relación con las fuerzas armadas. Actualmente, nos apoyan. No podemos ser efectivos en Nueva Caledonia, Mayotte y Guayana Francesa […] si no contamos con el apoyo de las fuerzas armadas […] En caso de un enfrentamiento importante, la situación será la inversa”, dijo.

“Si tenemos un enfrentamiento importante en el este, por ejemplo, creo que inevitablemente provocará disturbios en el territorio nacional”, advirtió el general. “Creo que podríamos ver acciones llevadas a cabo por terceros, sabotajes y también manifestaciones, porque no estoy seguro de que todos nuestros ciudadanos apoyen este tipo de implicación”, añadió.

La agitación podría manifestarse incluso antes de cualquier despliegue, sugirió, es decir, “si Francia es el país anfitrión y equipo sensible transita por su territorio” para reforzar, por ejemplo, a las fuerzas de la OTAN desplegadas en Europa oriental. “Necesitamos cubrir el territorio con recursos, y esa es la función de la Gendarmería Nacional”, recalcó.

“Durante la fase de preparación, es probable que la Gendarmería se vea afectada. Sin esperar necesariamente un despliegue como tal, creo que veremos manifestaciones, acciones y el regreso de las operaciones de seguridad interna en territorio nacional”. Es el escenario “para el que debemos prepararnos”, concluyó.

Ojo con los ‘radicales’ manipulados por potencias extranjeras

Las declaraciones se acumulan. No es la primera vez este año que un alto oficial plantea esta cuestión. En abril el general Philippe Susnjara, jefe de la Dirección de Inteligencia y Seguridad de la Defensa (DRSD), destacó las actividades subversivas de “grupos radicales”, que podrían ser manipulados por potencias extranjeras.

“Hoy, nos centramos en la convergencia de luchas entre diferentes tipos de grupos, como se ha visto recientemente entre grupos antimilitaristas y movimientos propalestinos, que, por ejemplo, atacaron a varias empresas de nuestra Base Industrial y Tecnológica de Defensa”, declaró Susnjara en abril durante una rueda de prensa en el Ministerio del Ejército.

“Lo que observamos es que algunos movimientos antimilitaristas, de extrema izquierda o propalestinos están atacando nuestra reputación y realizando acciones simbólicas, grafitis en las paredes y distribución de panfletos”.

Anteriormente, la DRSD había cuestionado -sin nombrarlos- el papel de los “representantes sindicales” en las campañas para desestabilizar la Base Industrial y Tecnológica de Defensa. Citaban como ejemplo la distribución de un folleto que denunciaba “la ofensiva de la industria armamentística francesa con el único objetivo de servir al lucro, los intereses capitalistas y las guerras imperialistas”.

Una de las prioridades de la Gendarmería Nacional es contar con los recursos necesarios para garantizar la defensa operativa del territorio. “Hoy en día, es necesario reemplazar 22.000 fusiles de asalto, con un presupuesto estimado de 110 millones de euros. El presupuesto total estimado para la renovación del equipo militar de la Gendarmería, que también se utiliza a diario —monoculares de visión nocturna que permiten detectar a personas que realizan actos de sabotaje y armamento táctico empleado por la gendarmería móvil— asciende actualmente a 800 millones de euros”, explicó Bonneau.

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