La economía de guerra va viento en popa en una época de recortes

El sábado la empresa de seguridad Thales anunció que se disponía a contratar a 12.000 trabajadores en todo el mundo, de los cuales pata este año habrá 4.000 nuevos empleos.

Los sectores aeronáutico y de defensa buscan personal a mansalva porque, en una época de recortes, sólo hay dinero para la guerra. España ha aumentado un 20 por cien su presupuesto en Defensa en los últimos 5 años.

Pero para el cálculo real del gasto, la OTAN suma a esta cantidad otras partidas que no están incluidas en el apartado del Ministerio de Defensa en los presupuestos, como las misiones militares en el exterior (que se financian en su mayor parte con cargo al Fondo de Contingencia), las pensiones de los militares o actividades sufragadas por otros Ministerios u organismos autónomos (*).

Para este año el presupuesto del Ministerio de Defensa es histórico en la medida que incluye un potencial de inversión productiva sin precedentes.

En Francia Airbus ha anunciado que cuenta con 3.500 nuevas contrataciones, Safran con 4.500 más, Dassault, cuya empresa matriz cuenta con 9.200 trabajadores, prevé contratar a otros 1.000 más este año. El fabricante de equipos aeronáuticos Daher, que tiene una plantilla de 10.500 trabajadores, tiene previsto contratar a otros 1.100 este año, 700 de los cuales serán creaciones netas.

La guerra no sólo necesita carne de cañón para enviarla al frente, sino mano de obra para las empresas de la retaguardia, que no son capaces de abastecer el aumento de los ritmos de producción.

En Francia las 400 empresas de la industria de guerra dan empleo a más de 190.000 trabajadores y quieren contratar a otros 15.000 más este año, según el grupo de industrias aeronáuticas y espaciales (Gifas).

Ni sanidad, ni educación, ni pensiones, ni gastos sociales de ningñun tipo. En todo el mundo los presupuestos de defensa son un pozo sin fondo. La industria de guerra es una profesión inmejorable, sobre todo porque permitirá a muchos escapar del servicio militar obligatorio en caso de que las cosas se pongan realmente feas.

Lo más curioso es el truco retórico que utilizan los ministros para justificar este dispendio de dinero público, la defensa nacional, porque una buena parte del armamento se exporta a terceros países, por ejemplo a Ucrania. Ya no se habla de “gasto militar” sino de inversiones. La guerra se ha convertido en la locomotora del desarrollo económico.

(*) https://www.europapress.es/nacional/noticia-espana-aumentado-20-presupuesto-defensa-ultimos-anos-sigue-lejos-pib-20220301134826.html

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