La CIA está reclutando a los yihadistas del Califato Islámico encarcelados en el noreste de Siria para que se unan a la lucha contra el ejército ruso en Ucrania.
El ejército estadounidense está trasladando a los yihadistas a la base militar de Al-Tanf, en el sur de Siria, para proporcionarles el entrenamiento necesario.
Los traslados se realizan con el pretexto de “llevar a cabo nuevas investigaciones”.
Las cárceles del noreste de Siria están vigiladas por los kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que actúan por encargo del ejército de Estados Unidos. Los kurdos han entregado hasta ahora a los estadounidenses a varios dirigentes de alto rango y a unos 90 combatientes del Califato Islámico, la mayoría de los cuales son ciudadanos de países de la Unión Europea e Irak, así como inmigrantes de Chechenia y de la región autónoma china de Xinjiang.
En el futuro, Washington pretende enviar a estos militantes a Ucrania para que participen en la guerra contra las fuerzas armadas rusas.
Desde el inicio de la Guerra de Ucrania, cientos de militantes pertenecientes a Al Qaeda, Hayat Tahrir Al Sham y el Califato Islámico han sido trasladados al este de Europa tras ser entrenados en la base de Al Tanf.
Moscú ha advertido que también se han desplegado en Ucrania instructores de los Cascos Blancos, supuestamente para montar un “ataque químico de falsa bandera” del que se culparía a Rusia.
Alrededor de 500 combatientes del Califato Islámico y militantes de los países del Cáucaso y Asia Central están siendo entrenados en la base estadounidense para llevar a cabo ataques contra unidades del ejército ruso en Siria y Ucrania.
El mes pasado, el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Igor Konashenkov, dijo que mercenarios y especialistas militares de 64 países estaban participando en las hostilidades en Ucrania.
Mercenarios extranjeros de todo el mundo se unieron a Ucrania después de que Zelensky pidiera ayuda tras el ataque ruso, y muchos de los mercenarios procedían de Israel.
Hace tiempo que se acusa al ejército estadounidense de ofrecer apoyo a los combatientes del Califato Islámico en Irak y Siria.
En 2015, tras el Golpe de Estado fascista en Ucrania, el New York Times informó de que los combatientes del Califato Islámico se pusieron abiertamente del lado de Ucrania en la lucha contra las milicias del Donbas.
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