El primer intento de la CIA para asesinar a un dirigente de la revolución cubana se remonta a 1960, cuando un espía estadounidense ofreció 10.000 dólares al piloto que llevaba a Raúl Castro de vuelta a La Habana para que organizara un “accidente”, según documentos desclasificados publicados ayer por el Archivo de Seguridad Nacional.
La CIA reclutó al piloto del avión, José Raúl Martínez, para que simulara un “accidente”. A cambio el piloto pidió que, si moría en el “accidente”, Estados Unidos pagara la educación universitaria de sus dos hijos. La CIA se lo concedió, según los documentos desclasificados.
Cuando Martínez despegó hacia Praga, la oficina de la CIA en La Habana recibió la orden de abortar la misión y no pudo contactar con el piloto. A su regreso, éste había indicado que “no había tenido la oportunidad de organizar un accidente como se había discutido”.
La información aparece en un momento en el que Raúl Castro, hermano de Fidel, ha dimitido a sus 89 años y abandona la dirección del Partido Comunista de Cuba.
“Estos documentos nos recuerdan un capítulo oscuro y siniestro de las operaciones de Estados Unidos contra la revolución cubana”, dijo Peter Kornbluh, un analista de los archivos estadounidenses.
“Ahora que la era de los Castro llega oficialmente a su fin, los políticos estadounidenses tienen la oportunidad de dejar atrás este lastre y participar en el futuro de Cuba después de Castro”, añadió.
Fidel Castro, que asumió el poder en 1959, desafió a 11 presidentes estadounidenses y sobrevivió a 638 complots para asesinarle, motivo por el cual figura en el Libro Guinness de los Récords, sin contar con el intento de desembarco de mercenarios en Bahía de Cochinos en abril de 1961.