La captura de la bolsa de Azaz por el ejército sirio y las tropas de las YPG, las Unidades kurdas de Protección del Pueblo, progresa. La bolsa se formó después de que el ejército sirio consiguiera abrir un pasillo hasta la frontera turca a través del territorio que mantenían los “rebeldes”, entre la ciudad de Alepo y la frontera turca. El objetivo ahora es rechazar hacia el norte, hacia Turquía, a todas las fuerzas apoyadas por el extranjero que están en esa bolsa, estrechando el control sobre la frontera.
Como el primer ministro turco Davutoglu anunció que su país no podía permitir que Azaz cayera en manos de los kurdos, el mando sirio-ruso concedió a las YPG la tarea de limpiar la bolsa como una clara advertencia a sus vecinos del norte.
Turquía lanza disparos de artillería desde el sur del país sobre las posiciones kurdas en la bolsa. Las fuerzas especiales turcas están probablemente próximas a la línea del frente y controlan el fuego, pero la artillería por sí sola no puede inclinar la balanza. Los kurdos tienen el apoyo aéreo del ejército ruso al que Turquía no se atreve a atacar. Los rusos no atacarán tampoco la artillería turca, porque eso puede extender la guerra.
Las tropas kurdas aguantan la cortina de fuego artillera, mientras rechazan los contragolpes yihadistas. Algunos mercenarios han llegado de refuerzo a Idleb, procedentes de Turquía, desde donde se han trasladado a la bolsa. La aniquilación de estas fuerzas en la bolsa de Azaz facilitará notablemente los futuros combates del ejército sirio, en Idleb y en sus alrededores.
Mientras para Turquía los kurdos son terroristas, para Estados Unidos son aliados y en el este de Siria lograron expulsar conjuntamente al Califato Islámico de Kobane. En aquella zona hay desplegadas fuerzas especiales estadounidenses sobre el terreno, que desempeñan dos tareas: preparan a los kurdos para nuevos ataques contra el Califato Islámico y guían los bombardeos a tierra de la aviación estadounidense.
Los movimientos de los kurdos que combaten en la bolsa de Azaz son muy precisos y están coordinados con el ejército sirio y con la fuerza aérea rusa. Ya hace algún tiempo que llegaron, verosímilmente, a un acuerdo respecto a la línea de demarcación entre ellos.
La villa de Kafr Naya, por ejemplo, fue capturada en primer lugar por el ejército regular que, a continuación, se retiró, tomando el relevo los kurdos de forma inmediata. Las fuerzas locales de Kafr Naya, antiguos “rebeldes”, se han unido a las Fuerzas Democráticas Sirias, el nombre utilizado por Estados Unidos para denominar a las YPG cada vez que fuerzas árabes se unen a ellos.
En coordinación con el ejército sirio y con los rusos hay fuerzas especiales estadounidenses dirigiendo a las YPG locales en la bolsa de Azaz.
Es algo bastante esquizofrénico. En el norte de Siria el Pentágono juega una partida que no encaja con la de la CIA. El caso es que unos y otros combaten en bandos opuestos y eso explicaría el malestar de ciertos altos oficiales de la inteligencia militar, como el general Michael Flynn, que se han pronunciado contra la Casa Blanca por su apoyo a los yihadistas.