La base militar que el Pentágono tiene en Jordania, donde tres soldados estadounidenses murieron el mes pasado, llamada Torre 22, no es sólo un centro de apoyo logístico, como la han descrito los medios de comunicación.
Es también una base de drones que realiza reconocimientos de largo alcance para detectar y asesinar a las milicias de Siria e Irak, así como para preparar ataques aéreos.
También sirve como instalación de tránsito para los comandos de operaciones especiales y base para helicópteros de evacuación médica.
Aunque el Pentágono aseguró que su misión es la de “luchar” contra el Califato Islámico, lo que hace son tareas de inteligencia sobre las fuerzas que considera asociadas a Irán.
El objetivo principal es el despliegue de drones se reconocimiento para vigilar a las milicias de Siria e Irak, y seleccionar objetivos para eliminarlos.
La Torre 22, muy cercana a la base de Al Tanf, proporcionó inteligencia sobre objetivos a la Fuerza Aérea estacionada en otras bases en Jordania, como la Base Aérea Muwaffaq Salti, para que pudieran ser blanco de los ataques aéreos.
Precisamente el dron explosivo logró penetrar en la base porque fue confundido con otro dron que estaba de regreso.