Después de cinco rondas de conversaciones desde abril, Irán y Estados Unidos no han logrado llegar a un acuerdo nuclear, a pesar de la intervención de Omán y la tensión vuelve a dispararse. Ayer Teherán lanzó amenazas explícitas contra instalaciones militares estadounidenses en Oriente Medio.
El ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, adoptó un tono particularmente beligerante, advirtiendo que las bases militares estadounidenses en la región se encontraban dentro del alcance de los ataques iraníes. También sugirió que Washington debería considerar abandonar la zona, insinuando que Irán estaba preparado para infligir pérdidas significativas en caso de guerra.
En respuesta a la escalada, Estados Unidos anunció su intención de reducir el personal de su embajada en Irak por razones de seguridad, una decisión que refleja la creciente preocupación de Washington por la seguridad de su personal diplomático y militar en una región con una fuerte influencia iraní, especialmente a través de sus aliados locales.
La agencia británica de transporte marítimo (UKMTO) emitió una advertencia sobre la intensificación de las tensiones regionales, advirtiendo de los riesgos de una escalada militar que podría afectar directamente al transporte marítimo. La advertencia destaca el posible impacto de una guerra en las rutas comerciales estratégicas de la región.
Trump expresó un creciente pesimismo sobre las posibilidades de éxito de las negociaciones, afirmando haber perdido la confianza en la capacidad de ambas partes para alcanzar un acuerdo. Acusó a Irán de estancamiento y de falta de voluntad para concretar un acuerdo diplomático.
Las conversaciones se han estancado principalmente por la cuestión del enriquecimiento de uranio, que Irán actualmente alcanza al 60 por cien, un nivel muy por encima del 3,67 por cien permitido por el acuerdo de 2015. Estados Unidos exige el abandono total del programa nuclear iraní, una exigencia que Teherán considera inaceptable.
La OIEA filtra información secreta a Israel
Mientras, sigue coleando la captura por parte de Irán de información secreta sobre el armamento nuclear en poder de Israel. Como informamos, para tapar el bochorno del gobierno de Tel Aviv, la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) dijo que los documentos se los habían robado a ellos.
La información revela la coordinación entre ambos, que no sorprende nada: “Los documentos obtenidos revelan que mensajes oficiales y secretos de Irán y la OIEA, que contenían información sensible, fueron transmitidos a agencias de espionaje afiliadas a la entidad sionista a través de canales secretos”, afirman las fuentes iraníes.
“En lugar de ser neutral, la OIEA se ha convertido en una herramienta al servicio de los objetivos de la entidad sionista”, añaden los iraníes. El Comandante en Jefe del Ejército iraní, el general Abdolrahim Mousawi, señaló que “esta operación de inteligencia es un logro valioso, otra bofetada a la entidad sionista y una señal de esperanza para la erradicación de este tumor canceroso en el mundo”.
Como ya comentamos, el lunes el director de la OIEA, Rafael Grossi, le dio la vuelta al caso de espionaje y, para tapar el programa nuclear israelí, puso el foco en las instalaciones iraníes. La OIEA no acusa a Irán de desarrollar armas nucleares, pero le preocupan los niveles actuales de enriquecimiento, que, según él, requieren atención y verificación internacional.
“No estamos diciendo que [los iraníes] posean armas nucleares. No estamos diciendo que tengan un programa militar —lo que llamamos la ‘posible dimensión militar’ (PMD)—, por lo que esta discrepancia de criterio queda a la discreción de cada país”, afirmó.
Añadió que el nivel de enriquecimiento alcanzado por Teherán “no se puede ignorar”.
“El enriquecimiento de uranio en sí no es una actividad prohibida, algo que mis homólogos iraníes me repiten constantemente”, explicó Grossi. “Pero cuando se acumula y se sigue acumulando […] una cantidad muy, muy cercana a la necesaria para un dispositivo explosivo nuclear, entonces no podemos ignorarlo”.
“No tiene ningún uso médico ni civil. Por eso es importante para nosotros”, añadió.
Una ‘guerra de inteligencia’
Por su parte, el comandante de la Guardia Revolucionaria (CGRI) afirmó que ahora el ejército iraní podrá atacar con mayor precisión posibles objetivos israelíes tras obtener abundante información sobre las instalaciones nucleares sensibles del régimen israelí.
El general Hossein Salami hizo estas declaraciones en una carta fechada el lunes al ministro de Inteligencia, Ismail Jatib, felicitándolo por el éxito de la operación de espionaje, cuyos primeros detalles han comenzado a conocerse. Irán ha accedido a un enorme arsenal de documentos israelíes relacionados con sus instalaciones nucleares, militares, de seguridad y de infraestructura.
Entre los objetivos comprometidos se encontraban emplazamientos israelíes vinculados al programa nuclear clandestino de Tel Aviv, que ayudó a Israel a adquirir cientos de misiles no convencionales. “Sin duda, esta información sensible hará que los esfuerzos para acelerar la aniquilación del régimen de ocupación sionista sean más efectivos y aumentará la precisión de los ataques con misiles iraníes”, escribió Salami.
El año pasado Irán atacó una serie de objetivos israelíes estratégicos en dos operaciones de represalia a gran escala llevadas a cabo en respuesta a las agresiones contra el territorio iraní. El ejército iraní lanzó cientos de misiles balísticos y drones contra los objetivos previstos con una precisión del 90 por cien.
El Consejo Supremo de Seguridad Nacional (CSSN) de Irán también mencionó la ventaja obtenida gracias a la captura de los documentos, advirtiendo que Irán atacaría las instalaciones nucleares secretas de Israel si cometía otro acto de agresión en su contra.
Salami describió el éxito como “asombroso” y un “motivo de gran orgullo” en la “guerra de inteligencia” que libran ambas partes. “Destruyó una vez más la ilusión y la afirmación de que la República Islámica de Irán se ha visto debilitada en la región” y “expuso la realidad de la supuesta fortaleza de inteligencia y seguridad del régimen sionista”.
La operación, añade, demuestra el poder de infiltración de Irán en las “capas ocultas e invisibles” de la infraestructura del régimen sionista. Según Salami, el éxito disipa los mitos sobre el espionaje israelí, provocando una nueva “conmoción e inestabilidad”.
El dirigente militar iraní promete, además, que el golpe no será el último que asestará Irán al sionismo.
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