Estados Unidos no ha evacuado Oriente Medio hace unos pocos días. Su pérdida de influencia coincide con su derrota y la de sus apéndices yihadistas en la Guerra de Siria y la presencia cada vez más ostensible de Rusia y China.
La alianza entre Hezbolah y Rusia se forjó en Siria, en su apoyo simultáneo al gobierno de Damasco. Cuando el país árabe cayó bajo las sanciones occidentales, tanto Hezbolah como Rusia levantaron una infraestructura económica capaz de sortearlas. Luego ese mismo entramado ha servido para sortear las que se han impuesto a Rusia desde el año pasado.
Naturalmente, la alianza entre ambos tuvo también un componente militar centrado en la Guerra de Siria y en el que participó el gobierno iraní, que entregaba dinero a la empresa rusa Promsyrioimport, que a su vez lo transferiría al Banco Central sirio, eludiendo así las sanciones estadounidenses contra Damasco.
Una parte de los fondos del Banco Central sirio llegaban a las arcas de Hezbolah y otras organizaciones, entre las que el Tesoro de Estados Unidos incluye a la organización palestina Hamas. En el centro de esta red estaban Mohamed Qasir, un dirigente de Hezbolah, y Mohamed Alchwiki, un sirio afincado en Rusia.
Además de Promsyrioimport, había otras sociedades rusas, como RPP, utilizadas por Rostam Ghashemi, un dirigente de la Guardia Revolucionaria iraní, para transferir millones de dólares.
Además del dinero, también el petróleo circulaba clandestinamente. La empresa pública Rosneft colaboró con la red a través de Zamanoil, que tiene su sede en Emiratos Árabes Unidos. Zamanoil enviaba grandes cantidades de petróleo iraní a empresas europeas para financiar a la resistencia que combatía en Siria. Los petroleros fantasma que entregaban crudo para Hezbolah (1) acabaron sirviendo para las exportaciones de petróleo ruso.
La colaboración entre Rusia y Hezbolah acabó siendo también diplomática. En marzo de 2021 Hezbolah envió una delegación a Moscú, que recibió una gran cobertura mediática (2). Fue la segunda visita oficial. La primera, que se había producido una década antes, fue mucho más clandestina.
Los representantes de Hezbolah pasaron tres días en Moscú, reuniéndose con diversos funcionarios rusos, entre ellos el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, representantes de la Duma Estatal y del Consejo de la Federación, así como con el embajador iraní en Rusia, Kazem Jalali. La delegación mantuvo una larga reunión con el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Mijail Bogdanov, que es también el representante especial del Kremlin en Oriente Próximo.
El entramado económico
En enero de este año el Tesoro estadounidense puso en la picota al economista libanés Hassan Mukalled. Le señaló como asesor financiero de Hezbolah. Dijo que, junto con Mohamed Qasir, era quien negociaba los acuerdos comerciales con Rusia.
Desde 2021 Mukalled acompaña a las delegaciones rusas que visitan Beirut y se ha reunido varias veces con el viceministro ruso Bogdanov. También ha participado en las negociaciones que llevaron a la empresa rusa Hydro Engineering and Construction a interesarse por la refinería de Zahrani, en una región del sur del Líbano controlada por Hezbolah, un proyecto valorado en 1.500 millones de dólares.
En un comunicado, Nasralá denunció que Estados Unidos estaba bloqueando la construcción de la refinería. “Si Hezbolah tomara las decisiones que corresponden al Estado libanés, la oferta rusa habría sido aceptada hace año y medio”, concluyó.
Hydro Engineering and Construction se creó en febrero de 2021, un mes antes de que la delegación de Hezbolah visitara Moscú. Está controlada al 100 por cien por el empresario ruso Andrei Metzger, que formó parte de la delegación que visitó Líbano en nombre del gobierno ruso.
Según parece la delegación discutió con el Banco Central libanés la compra por parte de Rusia de un banco en Líbano para facilitar las transferencias financieras.
La compra de armas
A finales de marzo de este año Moukalled y Qasir negociaron en Moscú la compra de armas para Hezbolah. Mukalled viajó a Rusia y se reunió no sólo con Bogdanov sino también con el viceministro de Defensa, Alexander Fomin.
Las dos reuniones se centraron en el fortalecimiento de las relaciones entre Líbano y Rusia, especialmente en lo que respecta a las inversiones rusas, aunque también incluyeron la posibilidad de establecimiento de vuelos directos entre ambos países.
La relación entre Rusia y Hezbolah afecta a numerosos ámbitos financieros, militares y energéticos, pero no todas las actividades de Rusia en Líbano están relacionadas con Hezbolah. Pero su alianza con Hezbolah ofrece a Rusia una forma fácil de ampliar su huella global en Líbano al tiempo que hace un favor al grupo (3).
(1) https://www.washingtonpost.com/politics/2022/12/08/russia-oil-sanctions-tankers-safety/ https://www.blackseanews.net/en/read/196973
(2) https://arabcenterdc.org/resource/hezbollah-in-moscow–russia-flexes-its-diplomatic-muscles/
(5) https://armenianweekly.com/2021/06/02/russias-interests-in-lebanon-fulfilling-a-middle-eastern-dream