¿Hasta qué punto es fiable la alianza entre Rusia e Irán?

Hoy la prensa iraní reacciona a un artículo del Weekly Standard, que se hace una pregunta muy pertinente tras el desembarco de Trump en la Casa Blaca: ¿cómo es posible que Estados Unidos se aproxime a Rusia y al mismo tiempo poner a Irán en el punto de mira?, ¿suponen en Washington que la alianza entre Rusia e Irán no es tan fuerte como parece?, ¿confían en que Putin venderá a Irán por un plato de lentejas?

En Irán están convencidos que, tras la experiencia de Siria, la alianza con Rusia tiene un carácter estratégico y a largo plazo y ponen un ejemplo extraído de los arcanos de la Guerra Fría: Egipto en la época de Anuar Al-Sadat.

Tras la guerra que los israelíes llamaron del Yom Kippur de 1973, cuando fueron atacados por Siria y Egipto, Sadat decidió cambiar su alianza con la URSS por Estados Unidos, un regalo fastuoso para el imperialismo.

En Washington creyeron que si Egipto había cambiado de bando, podían lograr lo mismo en Siria, entonces dirigida por Hafez Al-Assad, padre del actual Presidente, que no se dejó camelar.

Desde entonces hasta ahora el imperialismo nunca dejó de adular a los gobiernos sirios, lo que combinó con toda clase de presiones, chantajes y amenazas, como acostumbra. Tras la Revolución Islámica de 1979 en Irán, el intento se extendió a la ruptura de cualquier clase de lazos entre Damasco y Teherán.

Pero los Al-Assad siempre se mantuvieron en la misma línea. ¿Es posible comparar a Al-Assad con Sadat?, se preguntan los iraníes. La actual correlación de fuerzas en Oriente Medio, afirman, es similar a la de los setenta. Los imperialistas cuentan con poderosos aliados en la región, aunque en la última época de Obama han perdido bastante fuerza, lo cual ha beneficiado a Rusia.

Sólo hay un país al que no han podido incar el diente, Irán, una realidad a la que Rusia no puede ser ajena, como tampoco a Hezbollah. Si los rusos abandonan Irán, no tienen nada que hacer en Oriente Medio, dicen los medios de Teherán.

No obstante, añaden, al mismo tiempo a Estados Unidos no le queda otro remedio que buscar un acuerdo con Rusia y cerrarle el paso por Turquía. El gobierno de Trump debe replantearse la supremacía aérea de Israel en el Mediterráneo oriental, debilitada desde la llegada a Siria de los sistemas de defensa S-300 y S-400. También debería pensar en la enorme fuerza adquirida por Hezbollah en los altos del Golan, las puertas mismas de Israel.

¿Qué puede ofrecer Estados Unidos a Rusia a cambio de renunciar al apoyo de Irán?, se preguntan. ¿Tiene Estados Unidos en sus manos algo de más valor que Irán en Oriente Medio? Los propios implicados creen que no. Si Rusia abandona a Irán, abandona Oriente Medio.

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