La imposición del pasaporte de vacunas en Italia, el último esfuerzo para inocular a la población a las bravas, ha impulsado el crecimiento de un nuevo partido político, llamado Movimento 3V, que son las iniciales de “Queremos la Verdad sobre las Vacunas”.
En Italia la actual campaña de vacunación tiene una larga historia. Se preparó tras el viaje a Estados Unidos realizado en 2014 por la ministra Beatrice Lorenzin y el jefe de la AIFA (Autoridad Sanitaria Italiana), el profesor Sergio Pecorelli.
A raíz de las conversaciones de ambos con Obama y dirigentes de la burocracia sanitaria, Italia se prestó a convertirse en la punta de lanza de un experimento de vacunación pediátrica.
Dos años después de aquel viaje, el gobierno italiano impuso de manera obligatoria 10 nuevas vacunas a los niños y muchos médicos comenzaron a comprobar que las inoculaciones están causando un rosario de enfermedades pediátricas, especialmente la inmunosupresión.
En 2019 nació el Movimento 3V, que se transformó en un partido político con unos 30.000 afiliados. Según Alessandra Bocchi, presidenta del nuevo partido, el viaje a Estados Unidos de 2014 ilustra un estado de cosas deplorable: la sumisión política de Italia y la constatación de que son fuerzas políticas y económicas internacionales las que promueven las medidas sanitarias.
El M3V levanta el estandarte de Enrico Mattei (1906-1962), dirigente de una empresa pública de hidrocarburos, que durante la Guerra Fría se enfrentó a las multinacionales petroleras y fue asesinado simulando un accidente aéreo. Fue uno de los primeros atentados terroristas de “falsa bandera” en el Viejo Continente.
Su caso es paralelo al de Mossadegh en Irán, que acabó en un Golpe de Estado en 1953, el primero orquestado por la CIA y los británicos en la posguerra. También Mattei, un antiguo miembro de la resistencia antifascista italiana, desafió a las multinacionales petroleras angloamericanas para que Italia, entonces arruinada por la guerra mundial, pudiera tener una política energética propia y autónoma.
A pesar de ser cercano a la democracia cristiana, Mattei mantuvo excelentes relaciones con Argelia, donde es un personaje más venerado que en Italia, y con la URSS y China. En plena Guerra Fría era más que suficiente para padecer una repugnante campaña del plumífero Indro Montanelli desde las páginas del periódico Corriere della Sera, porque en los países avanzados los crímenes siempre van acompañados de la correspondiente intoxicación mediática que los justifica.
Ese tipo de campañas publicitarias, como se demuestra en la actualidad, se han intensificado y perfeccionado hasta el punto de llevar al cadalso a sus propias víctimas. Son muy difíciles de contrarrestar desde fuentes independientes.
En noviembre del año pasado Riccardo Rochesso y el candidato del M3V a la alcaldía de Roma, Luca Teodori, crearon un canal de información audiovisual, llamado “Cento Giorni da Leoni”, un nombre pintoresco que procede del proverbio italiano “Es mejor vivir 100 días como un león que 1000 días como una oveja”.
Está siendo un éxito total, con más de cinco millones de visitas al mes y hasta 300.000 visualizaciones por emisión.
En Rímini el M3V ha obtenido el 4,3 por ciento de los votos en las últimas elecciones municipales y en Trieste alrededor del 4,5 por ciento. Ahora el M3V supera al Movimiento Cinco Estrellas, que perdió la mitad de sus votantes en las últimas elecciones, y ha obtenido dos concejales. En cambio, en las grandes ciudades rodeadas de suburbios, donde la logística, la cobertura de la prensa y la financiación son primordiales, el M3V obtuvo alrededor de un 0,50 por ciento.
Desde el año pasado, sólo el M3V se ha opuesto en bloque a las medidas represivas y sanitarias del gobierno, y gracias a ello se ha convertido en una fuerza a tener en cuenta. La nueva organización exige el cese inmediato de la privatización de la sanidad y de las empresas públicas, la reapertura de todas las instituciones públicas desmanteladas y garantías de la primacía del bien común sobre el beneficio privado.
El M3V rechaza la educación a distancia por considerarla muy perjudicial para el desarrollo sicofísico e intelectual de los niños y jóvenes, que necesitan el contacto directo. La investigación científica debe ser libre y fundamentarse en los principio de verdad y comunicación, añaden.
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