Ayer la Opep decidió en Viena recortar la producción de petróleo para sostener los precios, lo que provocó inmediatamente la ira de Estados Unidos, que acusó al cártel de alinearse con Rusia.
Biden se mostró “decepcionado por esta decisión miope” y anunció que pronto se consultará al Congreso “sobre herramientas y mecanismos adicionales para reducir el control” de la Opep sobre el mercado energético.
El mes pasado, el cártel petrolero ya había reducido sus cuotas de producción, a pesar de los llamamientos de Biden para aumentarlas.
Estados Unidos lleva meses luchando por frenar la subida de los precios del petróleo. Biden visitó Riad en julio pero, como ha dicho la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, “está claro que con su decisión, la alianza se está alineando con Rusia”.
Los trece miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opec), encabezados por Arabia Saudí, y sus diez socios, dirigidos por Rusia, han acordado una reducción de dos millones de barriles diarios para el mes de noviembre.
El recorte, el mayor desde el inicio de la pandemia, puede disparar los precios, que habían bajado en las últimas semanas, muy lejos de los máximos registrados de marzo, cuando casi alcanzaron los 140 dólares.
Esta decisión le interesa a Rusia, que podrá llenar sus arcas, mientras que a principios de diciembre entrará en vigor un embargo europeo sobre las importaciones de petróleo ruso.
En la primavera de 2020, los miembros del cártel decidieron recortes de casi 10 millones de barriles en respuesta al colapso de la demanda provocado por los cierres y confinamientos de la pandemia.
Creada en 1960 para regular la producción y los precios del crudo mediante cuotas, la Opep se amplió en 2006 para incluir a Rusia y otros países productores.