Esta mañana Estados Unidos ha firmado con los talibanes un acuerdo histórico en Doha, allanando el camino para una retirada total de las tropas estadounidenses después de 18 años de ocupación militar.El Secretario de Estado Mike Pompeo llegó a Doha para presenciar la firma del acuerdo después de meses de negociaciones, con Qatar como intermediario.
El texto fue firmado al mediodía por el negociador de Washington, Zalmay Khalilzad, y el dirigente político talibán Abdul Ghani Baradar.
No es un acuerdo de paz en sentido estricto, pero permitirá a Estados Unidos salir de la guerra más larga que ha emprendido en su historia.
Las autoridades afganas, que se enfrentan a divisiones internas derivadas de una controvertidas elecciones presidenciales, se han mantenido hasta ahora al margen de estas conversaciones directas sin precedentes entre los talibanes y los estadounidenses.
El dirigente talibán Sirajuddin Haqqani dijo al New York Times que “todos” estaban “cansados de la guerra”. “Desde que hoy se firmó el acuerdo, nuestro pueblo está feliz y lo celebra. Hemos detenido todas nuestras operaciones militares en todo el país”, dijo Zabihullah Mujahid, portavoz de los talibanes.
“Hay muchas especulaciones sobre el contenido del acuerdo”, dijo Andrew Watkins, de la organización de prevención de conflictos International Crisis Group. “Conocemos las líneas generales, pero ni siquiera sabemos con certeza si todos los términos del acuerdo se harán públicos”.
Estos contornos se conocen desde septiembre, cuando su inminente firma fue abruptamente cancelada por Trump, quien había invocado la muerte de un soldado americano en un ataque en Kabul.
Esta vez los beligerantes han acordado un período de una semana de “reducción de la violencia”, generalmente respetado sobre el terreno por los talibanes, que termina hoy.
Los negociadores estadounidenses, encabezados por Zalmay Khalilzad, han firmado finalmente el pacto que Trump utilizará para afirmar, en el período previo a su reelección dentro de ocho meses, que ha cumplido una de sus promesas clave: poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos.
Los términos del acuerdo son los siguientes: las aproximadamente 13.000 tropas estadounidenses comenzarán a retirarse de Afganistán, una exigencia clave de los talibanes. A cambio, los talibanes se comprometerán a impedir los actos de terrorismo en los territorios que controlan y a iniciar negociaciones de paz con el gobierno de Kabul, con el que hasta ahora se han negado a hablar.
El Pentágono deberá reducir sus tropas a 8.600 soldados en los próximos meses. En Washington insisten en que la retirada será gradual y condicionada al cumplimiento de los compromisos de los talibanes.
Unos 30 países están representados en Doha, pero no el gobierno afgano que, sin embargo, ha enviado una pequeña delegación para un “primer contacto” con los talibanes.
Se espera que las negociaciones entre el gobierno de Kabul y los talibanes comiencen relativamente pronto en una ciudad por determinar. Oslo ha sido mencionado en el pasado.
La invasión estadounidense comenzó con el pretexto de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Para tapar la autoría saudí, el gobierno de Washington aseguró que Al-Qaeda operaba desde Afganistán, cuyo gobierno estaba dirigido entonces por los talibanes. Entre 32.000 y 60.000 civiles afganos han muerto en esta guerra, según la ONU, y más de 1.900 soldados estadounidenses.