En el informativo Matinal del pasado martes de la televisión pública murciana entrevistaron a Ana Blázquez, médico microbióloga del hospital Santa Lucía de Cartagena. Blázquez sostuvo sin rubor que a la hora de diagnosticar «todo paciente con gripe es COVID hasta que se demuestre lo contrario», y que «aunque la gente esté vacunada, no nos vamos a olvidar de la mascarilla».
“Las estrellas son los técnicos de laboratorio”, dice esta facultativa a la hora de hablar de las personas que están implicadas en el proceso de detección del coronavirus, donde los datos los obtienen principalmente de las pruebas PCR.
Un proceso en el que el tiempo de respuesta es muy importante: “Buscamos un tiempo de respuesta corto”, señala. «Es importante que en lo que se trabaja y en lo que se prueba no solo no se escape ningún caso positivo, sino que el resultado sea rápido».
Blázquez afirma que la vacuna es «la gran esperanza», aunque hay que tener en cuenta las incertidumbres: estar vacunado no significa que no se pueda transmitir el virus, la vacuna no asegura una eficacia del 100 % y la inmunidad se adquiere un mes después de haberse vacunado, «pero no impide que el virus se pueda transmitir».
Es decir, que «la gran esperanza» de la que vienen hablando ministros y consejeros ni siquiera permite tener la certeza de que el coronavirus sea curado, y advierte: «aunque la gente esté curada, no nos vamos a poder olvidar de la mascarilla».
Ya dije que la mascarilla era una mordaza y que vino para quedarse, con el objeto de mantenernos silenciados aún cuando se desvele la gran estafa sanitaria y su motivo. Así que la solución está en todos nosotros, en reunirnos en las plazas, quitarnos las mordazas y hacer las hogueras que nos arrebataron en San Juan.