Por lo tanto, no hay ningún “brote” o, por lo menos, no ha sido “imprevisto”. Mucho menos cabe decir, como Trump, que “surgió de la nada”. Ni siquiera de Wuhan.
El 6 de enero de 2017 el Pentágono elaboró un plan de 103 páginas en el que hablaba de la “amenaza” de una “nueva gripe”, e incluso de que podía producirse una escasez de camas en los hospitales, así como de material sanitario.
El plan está publicado en internet (1) y su filtración forma parte de la campaña del Partido Demócrata y sus aliados (prensa, espionaje) contra Trump, que no ha cesado desde que llegó a la Casa Blanca y que no ha sido capaz de atajar, como ya hemos explicado repetidas veces aquí.
“La amenaza más probable y significativa es una nueva enfermedad respiratoria, especialmente una nueva enfermedad de gripe”, advertía el Pentágono, que hace referencia expresa al coronavirus en varias ocasiones, por ejemplo al afirmar que “las infecciones por coronavirus [son] comunes en todo el mundo”.
Esos términos que los demás hemos aprendido hace un par de días, ya los utilizaba el Pentágono hace años, quien reconoce, además, que no había ningún “brote” porque las infecciones eran “comunes”, o sea, nada del otro mundo, nada que a ellos les haya podido sorprender en absoluto.
El plan era una actualización de otro anterior del mismo Pentágono para hacer frente a una “pandemia de gripe”, señalando que “incorpora las lecciones aprendidas de varios brotes recientes, entre ellos […] el coronavirus del Síndrome Respiratorio del Oriente Medio 2012”, es decir, el MERS.
El Pentágono ha filtrado un plan que, en principio, era confidencial, a través de The Nation (2), el típico órgano mediático de los progres made in USA. A su vez, el medio se ha dirigido a Denis Kaufman, que encabezó la División de Enfermedades Infecciosas y Contramedidas de la Agencia de Inteligencia de Defensa, quien admite que el espionaje militar era “consciente de los peligros del coronavirus desde hace años”.
La inteligencia militar sabía, pues, del coronavirus, de las “infecciones comunes” que podía causar, e incluso de la escasez de material sanitario que se iba a producir, lo que aumentaría el número de víctimas, con “un impacto significativo en la disponibilidad de la fuerza de trabajo mundial”.
Queda claro que el Pentágono no se refería sólo a Estados Unidos. “Incluso los países más industrializados no dispondrán de suficientes camas de hospital, equipo especializado como ventiladores mecánicos y productos farmacéuticos de fácil acceso para tratar adecuadamente a sus poblaciones durante una pandemia clínicamente grave”, dice el informe.
Otra predicción del Pentágono se concentra sobre las vacunas frente al coronavirus, su escasez y, por consiguiente, la “competencia mundial” para apoderarse de ella.
(1) https://www.scribd.com/document/454422848/Pentagon-Influenza-Response
(2) https://www.thenation.com/article/politics/covid-military-shortage-pandemic/