El Pentágono reitera que no sacará a sus tropas de Siria para presionar en la mesa de negociaciones

A pesar de la derrota del Califato Islámico, el secretario de Defensa James Mattis dijo a los periodistas esta semana que las fuerzas estadounidenses permanecerán en Siria y siguió inventando excusas.

La primera es que ahora tienen que evitar la aparición “del Califato Islámico 2.0”. Además, los capitostes del Pentágono dicen que sus tropas se encuentran allá legalmente “porque el Consejo de Seguridad de los Estados Unidos apoyó la misión anti-Califato Islámico”.

Hay cientos de tropas estadounidenses en Siria y el gobierno de Damasco está exigiendo que Estados Unidos se largue del país.

El canciller ruso, Sergei Lavrov, dice que la presencia de Estados Unidos, es “ilegítima”. “Hay muchas preguntas sobre los objetivos de Estados Unidos en Siria”, dijo Lavrov, según la agencia de noticias Tass. “El Secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, me ha dicho muchas veces que su único objetivo es vencer al Califato Islámico”.

La próxima reunión de las conversaciones de paz de Ginebra es el 28 de noviembre. Estados Unidos está presionando para que las Fuerzas Democráticas Sirias y los kurdos sirios sean incluidos en la mesa de negociaciones.

Es poco probable que el gobierno sirio esté de acuerdo, y como se ha convertido en la fuerza política y militar dominante, no necesita pactar con nadie. Cuestión diferente es que los rusos presionen en favor de que los kurdos estén presenten y Bashar Al-Assad haga algunas concesiones.

El Pentágono asegura que las tropas sirias continúan avanzando hacia el este, hacia el territorio controlado por los rebeldes e intenta que Rusia establezca allá una zona desmilitarizada, pero no está claro ni que los rusos estén de acuerdo ni que sus gestiones tengan éxito.

Detrás está Israel, muy preocupado por la presencia de las fuerzas iraníes y Hezbollah en Siria, no lejos de la frontera. El gobierno de Tel Aviv ha tratado de que Rusia presione a iraníes y libaneses para que abandonen Siria pero, hasta la fecha Rusia ha rechazado las objeciones de unos (Estados Unidos) y otros (Israel) a la presencia iraní y libanesa.

La segunda excusa es más vieja: el Pentágono quiere ayudar a la reconstrucción -civil- de Siria… después de haberla destruido. Han dejado Raqqa, la capital de facto del Califato Islámico, literalmente en ruinas y la soldadesca gringa asegura que, mientras ellos tienen dinero para “ayudar”, Rusia carece de la voluntad y los recursos para hacerlo.

Estados Unidos es un país generoso. Aseguran que ya están gastando dinero en Raqqa en lo que llaman “estabilización” y probablemente ayudarán también en otros lugares, aunque esperan que Arabia saudí y otros estados árabes financien la mayor parte de la reconstrucción, a cambio de un precio: una solución política a la guerra.

Es una auténtica fábula: en el Pentágono afirman que han reconvertido a sus tropas en “trabajadores de ayuda civil” que se encuentran en Raqqa, ayudando a restaurar servicios básicos, como alimentos, agua y electricidad.

El gobierno de Siria les debe agradecimiento…

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