El año pasado el Papa se reunió en secreto dos veces con el cabecilla de Pfizer, Albert Bourla, antes imponer la vacunación obligatoria en el Vaticano, según el National Catholic Register (1).
A diferencia de la mayoría de las audiencias privadas del Papa, los encuentros con Bourla no fueron anunciados por la oficina de prensa de la Santa Sede.
El Vaticano impuso la vacunación obligatoria y eligió hacerlo con la de Pfizer.
Los encuentros de Albert Bourla con el Papa no serían los primeros encuentros papales secretos de este tipo en los últimos años. En noviembre de 2019 el Papa recibió en privado a Melinda Gates. El encuentro nunca fue reconocido oficialmente, aunque el National Catholic Register también e hizo eco de él (2).
El pasado mes de mayo, Bourla participó en una conferencia sanitaria en el Vaticano llamada “Unidos para prevenir y unidos para curar” en la que apoyaron la vacunación en la “lucha” contra la pandemia.
El Papa argentino sostiene que la vacunación contra el coronavirus es un “acto de amor”. En la televisión francesa Bourla explicó también que la única manera de superar el miedo a ser inyectado con la vacuna es el “amor”. La vacunación no sólo tiene un valor individual sino también social: debemos hacerlo por nuestros seres queridos y por el resto de la humanidad.
El verano pasado el Papa Bergoglio dijo que “la vacunación es una forma sencilla pero profunda de promover el bien común y de cuidar a los demás, especialmente a los más vulnerables. Pido a Dios que todos puedan aportar su granito de arena, su pequeño gesto de amor”.
(1) https://www.ncregister.com/blog/pfizer-and-the-vatican
(2) https://www.ncregister.com/news/are-the-holy-see-and-the-united-nations-too-close-for-comfort