Tras la reducción de los tipos de interés, el negocio de la banca ha pasado a ser el lavado de dinero negro, con cifras que alcanzan los dos billones de dólares, según se desprende del informe del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación.
No hace falta decir que los dos billones no son más que la punta de un iceberg, que las cantidades reales suman trillones de dólares y los bancos no actúan cada uno por separado sino de manera coordinada.
El Deutsche Bank es el más afectado por la investigación. Sus negocios sucios ascienden a 1,3 billones de dólares y, si la investigación trasciende más allá del papel, el banco alemán colapsará, provocando la mayor crisis financiera de la historia.
De momento, como expusimos en otra entrada, la cotización de las acciones de los bancos europeos han caído y la FinCEN, el regulador de las finanzas en Estados Unidos, ha advertido que las filtraciones podrían impactar en la sacrosanta “seguridad nacional” de su país.
Ahora el Departamento de Justicia trata de recuperar 300 millones de dólares de un fondo soberano de 11.700 millones de dólares saqueados a Malasia, uno de los principales casos destacados por las filtraciones.
El fondo se llama 1MDB y el saqueo es un ejemplo de que los bancos actúan de manera coordinada. JP Morgan Chase movió más de mil millones de dólares para el Primer Ministro malayo Jho Low, una de las figuras centrales del caso, pero la prensa no menciona el papel de otro cómplice, Goldman Sachs, que orquestó una parte significativa del atraco a Malasia.
17 cabecillas de Goldman Sachs están involucrados en el fraude, incluyendo al que fue vicepresidente y ahora presidente de la plataforma de comercio electrónico Alibaba, Michael Evans.
El gobierno de Malasia ha retirado la demanda contra Goldman Sachs a cambio de la devolución de 2.500 millones de dólares, que es casi una cuarta parte del botín del atraco.
Naturalmente, el dinero acabó en los bolsillos de los miembros del gobierno malayo, a costa de la cancelación de importantes proyectos de infraestructuras en el país asiático. El dinero se ha desplazado a la compra de obras de arte.
El Deutsche Bank también participó en el atraco a Malasia al proporcionar cientos de millones de préstamos de recompra de acciones a través del fondo 1MDB para el Primer Ministro, que fue condenado en julio por corrupción y se encuentra en busca y captura.
El director general de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, se reunió con el Primer Ministro de Malasia antes de que se pusiera en marcha el fondo en 2009.
Otra demanda presentada contra Goldman Sachs detalla el papel del banco en la corrupción de los cabecillas de un fondo de Abu Dhabi llamado “International Petroleum Investment Corporation” y su subsidiaria Aabar Investments que se unió a 1MDB.
El documento judicial califica la asociación como una “conspiración internacional masiva para malversar miles de millones de dólares”.
Ahora bien, es bastante evidente que las filtraciones son interesadas y oportunas. Se trata de propinar un golpe a uno de los pilares de la economía alemana, el Deutsche Bank, que cojeaba desde hace años.
En 2008 les tocó a Lehman Brothers y Bear Sterns, que fueron los sacrificados en el altar de la crisis de las hipotecas de alto riesgo y allanaron el camino al resto del capital financiero internacional. Ahora una liquidación calculada del Deutsche Bank permitirá otra consolidación similar a una escala mucho mayor que antes, como ya adelantamos hace cuatro años en otra entrada.
Las crisis del capitalismo se saldan con una destrucción que, a medida que transcurre el tiempo, crece exponencialmente.
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