El gobierno del Reino Unido explotó tácticas de miedo para asustar a la población a fin de que cumpliera las restricciones sanitarias masivamente durante el primer confnamiento, según Simon Ruda, un científico del comportamiento que asesoró al gobierno (1).
Ruda fue cofundador de la Unidad Nudge del gobierno británico, basada en la teoría del empujón (“nudge”). Dado que las personas no tomamos las mejores decisiones sino las más fáciles, necesitamos que alguien nos empuje a comportarnos de manera correcta (2). Si, además, lo hace desde un gobierno, nuestras decisiones no podrán ser más adecuadas.
La Unidad Nudge se creó originalmente para fomentar un cambio de comportamiento positivo en la población del Reino Unido sin necesidad de normas coactivas, pero que se utilizó durante la pandemia para infundir miedo.
“En mi opinión, el error más flagrante y consecuente que se cometió en la respuesta a la pandemia fue el nivel de miedo que se transmitió deliberadamente al público”, escribe Ruda.
“Este miedo parece haber impulsado las decisiones políticas en un inquietante bucle de retroalimentación», añadió, señalando que tales acciones equivalían a una «propaganda sancionada por el Estado”.
Según el científico, la obsesión por el número de casos diarios llegó a dominar el pensamiento, contribuyendo a extender aún más el miedo. Este proceso incluyó una gran exageración de la amenaza que suponía el coronavirus y la producción de propaganda alarmista y macabra para asustar y esclavizar a la población.
Como hemos señalado en entradas anteriores, los miembros del Grupo Científico de la Gripe Pandémica sobre el Comportamiento (SPI-B) formaban un subcomité del Grupo Asesor Científico para Emergencias (Sage), el principal grupo asesor científico del gobierno.
Los científicos asesores admitieron haber utilizado lo que ahora reconocen como métodos “poco éticos” y “totalitarios” (3) para infundir miedo en la población con el fin de controlar el comportamiento durante la pandemia.
En marzo de 2020, cuando se declaró el primer confinamiento, los “expertos” aconsejaron al gobierno que aumentara drásticamente “el nivel de percepción de la amenaza personal” que supone el virus, ya que “un número considerable de personas todavía no se siente suficientemente amenazado personalmente” (4).
Un científico del SPI-B admite que en marzo de 2020, el gobierno estaba muy preocupado por el cumplimiento de las normas y pensaba que la gente no querría estar encerrada. Era necesario el miedo para fomentar el cumplimiento, y se tomaron decisiones sobre cómo aumentar el miedo.
El científico confiesa que “la forma en que hemos utilizado el miedo es distópica”. Admite que “el uso del miedo era definitivamente cuestionable desde el punto de vista ético”. Fue un experimento extraño porque al final, el tiro salió por la culata: la población estaba demasiado asustada.
La campaña de miedo fue un éxito. En el verano de 2020, el británico medio pensaba que entre el 6 y el 7 por cien de la población del Reino Unido había muerto a causa del coronavirus, una cifra equivalente a unos 4,5 millones de personas.
En ese momento, al coronavirus le atribuyeron la muerte de unas 40.000 personas.
(1) https://unherd.com/2022/01/how-the-government-abused-nudge-theory/
(2) https://www.esic.edu/rethink/comercial-y-ventas/que-es-la-teoria-nudge
(3) https://www.telegraph.co.uk/news/2021/05/14/scientists-admit-totalitarian-use-fear-control-behaviour-covid/
(4) https://www.dailymail.co.uk/news/article-10397737/Ministers-used-propagandistic-tactics-scare-public-complying-Covid-rules.html
Más información
— Una red de instituciones públicas y privadas está participando en el lavado de cerebro
— Los expertos que sembraron el miedo miedo durante la pandemia lo lamentan ahora
— La manipulación de la población por los ‘expertos’ en instrumentalizar el miedo
Ya dije otra vez que lo que se ha hecho no ha sido una modificación de conducta, sino un criminal lavado de cerebro y control del pensamiento global. La diferencia estriba en que el lavado de cerebro conlleva el síndrome DDT, debilidad, dependencia y terror. Debilidad tanto física como emocional. Dependencia de lo que dicen los «expertos». Y sobre todo terror, mucho terror. A las cifras. A la enfermedad. A la separación de familiares y reclusión. A la muerte…
Todos estos planificadores de la tortura y muerte son criminales y como tales deberán ser condenados.