El G7 concede un préstamo a Ucrania garantizado por las propiedades robadas a Rusia

Cualquiera pide un préstamo si es un tercero quien lo garantiza con sus propiedades. En la Guerra de Ucrania los generosos no son los países occidentales, que tanto dicen venerar a Zelensky y su gobierno. No hay ninguna “ayuda”. No gastan un céntimo; todo son préstamos a devolver. Tampoco garantizan nada; para ello ponen los activos de Rusia.

Hasta finales de este año el G7 ha aprobado un préstamo de 50.000 millones de dólares a Ucrania, garantizado por los intereses futuros generados por los activos rusos embargados.

Apenas había aterrizado ayer Zelensky en la cumbre del G7 cuando la Casa Blanca le anunció que había llegado a un “acuerdo político” sobre los activos rusos embargados: un préstamo de 50.000 millones de dólares para el bolsillo con el que podrá comprarse otro casino.

Hasta entonces Washington había propuesto la confiscación pura y simple de los bienes rusos porque los defensores de la propiedad privada son así: todo depende de quién sea el propietario.

Los europeos no querían robarlo todo, sino sólo los intereses generados por los bienes.

El “acuerdo político” fue anunciado por los miembros de la Unión Europea a principios de mayo con el objetivo de “armar a Ucrania”. Detrás le siguió el gobierno de Biden.

Los activos rusos representan 300.000 millones de euros, de los cuales 5.000 millones los ha robado Estados Unidos y cerca de 200 la Unión Europea, principalmente en las cuentas de la empresa belga Euroclear, uno de los mayores sistemas de liquidación y compensación del mundo. El grupo logró generar el año pasado unos ingresos de 4.400 millones de euros.

Estados Unidos está dispuesto a prestar hasta 50.000 millones de dólares, pero habrá otros prestamistas, lo que significa que la verdadera cifra estadounidense es menor.

Los ministros de Finanzas del G7 afirman, además, que los activos rusos no serán devueltos en caso de que se llegue a un acuerdo de paz. Permanecerán embargados “hasta que Rusia pague por los daños causados ​​a Ucrania”. En otras palabras, nunca habrá un acuerdo de paz porque Rusia nunca va a admitir el robo xde sus propiedades.

El atraco parece un chollo, pero no lo es. La propia Euroclear teme que la incautación incite a los grandes inversores, especialmente chinos, a retirar sus activos de Europa por miedo a los robos. “Si nuestros clientes creen que ya no se respeta la ley y que sus bienes corren el riesgo de ser confiscados, se abre una caja de Pandora”, advirtió su presidenta Valerie Urbain a principios de mayo.

El Kremlin ya ha advirtido de que la decisión constituye “un nuevo paso en la violación de todas las reglas y normas del derecho internacional”, que conducirá a adoptar medidas de represalia. En marzo Lavrov calificó el embargo de las reservas rusas en Europa como un “robo de Estado” porque la Unión Europea tenía como objetivo no sólo los fondos de personas particulares, sino también los activos del Estado.

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