No puede ser casualidad que la actuación del FBI contra la FIFA por corrupción se desate sólo dos días antes de las elecciones para respaldar a Joseph ‘Sepp’ Blatter en su cargo de presidente de la organización internacional. La alternativa a Blatter era -nada menos- que el príncipe y general del ejército jordano Ali Bin Al Husseine, que el viernes retiró su candidatura.
En Estados Unidos el fútbol no es un deporte de masas, como en el resto del mundo. Más bien es una de las excepciones en las que el imperialismo no ha logrado imponer el “american way of life”. Deberíamos ser aficionados al béisbol o al rugby. Sin embargo, el imperialismo sabe de la importancia internacional que tiene el fútbol. Incluso algunos destacados perros de presa del imperialismo, como el senador John McCain, nada menos, son perfectos conocedores de lo que allá llaman “soccer”, casi como la clientela de cualquier taberna hispánica.
La importancia que el fútbol ha ido adquiriendo en el mundo ha acentuado la necesidad de manejar cierto tipo de eventos, como los Campeonatos Mundiales. En fin, el control del fútbol es importante para manejar el mundo. Un control insuficiente sobre la FIFA ha llevado a que un mundial se vaya a celebrar en Moscú y a que en el organismo se vaya a votar la exclusión de Israel de las competiciones de la FIFA bajo una acusación de “racismo antipalestino”. Eso significa que hay algo en el mundo que no es la correa de transmisión de la alta política que quiere Washington, lo cual es absolutamente intolerable.
De ahí que el miércoles el senador McCain hiciera un llamamiento a destituir a Blatter para poner en su lugar a un príncipe jordano más amistoso hacia Israel y menos hacia Rusia.
La cuna del fútbol es Inglaterra y la cuna de los ataques a Blatter también fue Inglaterra, cuya prensa comenzó a atacarle el año pasado cuando no lograron llevar a las islas los Mundiales del año 2022. Hay deportistas que no saben perder y eso es importante tenerlo en cuenta porque la mayor parte de los deportistas pierden. Entonces creen que no es porque el contrario sea mejor sino porque alguien -ajeno a ellos mismos- es un corrupto.
Si Moscú logra organizar un Mundial y Londres no, en el mundo muchos van a pensar que una ciudad y un país son mejores que otro, cuando se trata nada menos que de Londres y de la capital del fútbol. En tales casos ingentes masas de capitales se trasladan de un sitio (como Londres) a otro (como Moscú) y con ellos se trasladan también las cámaras de televisión y muchos millones de personas verán que Rusia no es ese paria de la tierra, hosco, aislado del mundo, rechazado y repudiado. Si Estados Unidos no impone otro boicot, lo cual sería extraño, durante meses, los propagandistas del imperialismo van a tener que cambiar su lenguaje, hablar de otras cosas.
También Putin ha dicho que no encuentra motivaciones políticas en la actuación del FBI contra la FIFA. Pero en el ataque a la FIFA es difícil ver algo distinto a la política. Por ejemplo, necesitamos que alguien explique por qué el FBI mete sus narices en un crimen que se ha cometido tan lejos de las fronteras de Estados Unidos. Si había un delito, ¿por qué la policía suiza no hizo nada?, ¿se enteró el FBI antes que ellos?, ¿acaso la actuación de la FIFA es plenamente legal ante las leyes suizas?, ¿qué hacía el FBI investigando a un organismo internacional que tiene su sede en Zurich?, ¿está el mundo entero sometido a las leyes aprobadas en Estados Unidos?, ¿a los policías de Estados Unidos?, ¿a los tribunales de Estados Unidos?
El asunto es mucho más peliagudo de lo que parece y más de uno se estará ahora tentando la ropa. No sólo la FIFA tiene su sede en Suiza. Desde 1945 la mayor parte de los organismos internacionales se instalaron en Suiza porque alardeaba de ser un país neutral en el que ese tipo de actuaciones no era concebible… hasta ahora. El fracaso del golpe de Estado contra la FIFA sólo es momentáneo. Empieza la prórroga. Los imperialistas volverán a intentarlo porque -por si no se habían apercibido de ello- todo el mundo está sometido a Estados Unidos. Incluidos los organismos internacionales, que no se rigen por sus propios Estatutos sino por las leyes aprobadas por el Congreso y el Senado de Estados Unidos.
Si desde 2011 Estados Unidos ha derrocado gobiernos en varios países árabes, si dio un golpe de Estado en Kiev el año pasado, ¿por qué no va a poder hacer lo mismo con la FIFA o con cualquier otro organismo internacional?
Los Mundiales de 2018 en Moscú resultarán apasionantes: ¿tendrá entonces el Estado Islámico su propia selección nacional?