El ejército de Estados Unidos ha reanudado las operaciones aéreas en Djibouti, en el este de África, una ubicación estratégica, dijo un funcionario del Pentágono a la CNN.
La decisión se produce pocos días después de que se produjeran dos accidentes aéreos que involucraron a un avión de la Infantería de Marina que chocó en el aeropuerto internacional y a un helicóptero que aterrizaba durante un ejercicio militar conocido como Alligator Dagger.
Después de los accidentes, el gobierno de Djibouti solicitó a Estados Unidos que detuviera todas las operaciones de vuelo. La decisión de Estados Unidos de detener las operaciones aéreas también llevó a los militares a cancelar el ejercicio Alligator Dagger.
Hay unos 4.000 efectivos estadounidenses en Djibouti, con base en Camp Lemonnier, con el pretexto de la lucha antiterrorista en las vecinas Somalia y Yemen.
Tras el cese de las operaciones, el ejército de Estados Unidos trabajó con el gobierno de Djibouti para obtener la aprobación de los vuelos caso por caso.
A pesar de que los aviones estaban en tierra, el jueves el ejército estadounidense realizó un ataque aéreo contra militantes de Al Shabaab cerca de Jilib, en Somalia, matando a tres de ellos y destruyendo un vehículo con una ametralladora pesada montada.
Con una población de apenas 800.000 habitantes, Djibuti es la sede de varias bases militares de cinco países diferentes: Estados Unidos, Italia, Japón y China.
La mayor es la base aérea estadounidense, que cuenta con 4.000 efectivos, entre ellos, integrantes de las Fuerzas de Operaciones Especiales. Luego, le sigue la base de Francia, que cuenta con 1.000 soldados.
Turquía, Rusia e India también han negociado con el gobierno de Djibuti para construir más bases militares. Otro de los países interesados es Arabia saudi, que lo ha anunciado públicamente.
El diario francés Le Figaro ha analizado (*) los motivos de ese interés de las grandes potencias por el Cuerno de África. Uno de ellos es el control estratégico de Djibuti sobre el estrecho de Bab el-Mandeb, lugar por el que cada año pasan más de 30.000 buques cisterna que transportan petróleo. Esto, lo convierte en un Estado de gran valor geopolítico en la región.
Su ubicación estratégica también permite que el país tenga control sobre los Estados del norte de África, así como de Oriente Medio. Además, también le permite disponer de centros operaciones desde los que se pueden lanzar ataques y operaciones en Oriente Medio y África.
El aumento de las bases militares extranjeras en Djibuti, lo han convertido en un campamento militar y esto, ha elevado la posibilidad de que se aumenten las tensiones existentes entre los países que operan allí y que han sido rivales históricos.
El ejército de Estados Unidos presta mucha importancia a su base en Djibouti, dada su ubicación estratégica en la entrada al Mar Rojo, y muy cerca de países como Somalia y Yemen.
Además, Estados Unidos está muy preocupado por la creciente influencia de China en Djibouti, señalando el establecimiento de una base militar allí con sus estrechos vínculos económicos con el país.
Waldhauser reconoció ambos desafíos durante su comparecencia ante el Congreso el mes pasado. “Estamos dando pasos importantes en el lado de la contrainteligencia para que tengamos todas las defensas que necesitamos allí, no hay dudas al respecto”, dijo, refiriéndose a la proximidad de la nueva base china.
(*) http://www.lefigaro.fr/international/2018/03/25/01003-20180325ARTFIG00093-pourquoi-djibouti-est-il-devenu-la-caserne-du-monde.php