Omar ‘El Checheno’ |
Según Bussab, el Califato Islámico había estado reclutando refugiados en los campamentos de Turquía para trasladarlos a Grecia, como vía de entrada en Europa. Junto con ellos habría infiltrado a una parte de sus militantes.
Es casi seguro que el porcentaje expuesto por el ministro libanés sea arbitrario. El dos por ciento de 500.000 refugiados suponen 10.000 miembros del Califato Islámico en Europa.
Este retorno tiene una relación directa con el reciente desembarco de Rusia en Siria. Las grabaciones que se han podido escuchar de las comunicaciones militares del Califato Islámico no son árabe, sino en turco y en ruso.
El dato está lleno de malos augurios. Rusia teme que al menos una parte de la desbandada de militantes del Califato Islámico se encamine hacia su lugar de origen, el Cáucaso, donde se podría reproducir la guerra que asoló a la región hace 20 años.
Según cálculos de la inteligencia militar rusa, en Siria combaten actualmente 2.400 yihadistas de origen checheno. Algunos de ellos fueron detenidos en febrero de este año en París. Otros 16 fueron detenidos en junio en diversas ciudades de Bélgica, donde la policía registró 21 locales.
Una de las organizaciones yihadistas más activas en el Cáucaso ha adoptado el nombre de Califato Caucásico. Pero además también está presente Al-Qaeda, que son aún más numerosos. El último emir del Cáucaso, Ali Abu Muhammad Al-Dagestani, sucesor de Doku Umarov, muerto en marzo del año pasado, se ha posicionado contra el Califato Islámico y a favor de Ayman al-Zawahiri.
Sin embargo, el jefe militar del Califato Islámico en Siria, reconocible por una ostentosa barba pelirroja, es Omar “El Checheno”, de padre georgiano y madre chechena. Fue detenido por los rusos en 2008, durante la guerra de Georgia, y al salir de prisión se fue a la guerra de Siria con 28 años, al frente de una unidad llamada Jaish al-Muhajirin wal-Ansar o Ejército de los Inmigrantes Yihadistas y de sus Colaboradores Locales.
(*) http://www.dailymail.co.uk/news/article-3234458/